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Napster ofrece 183 millardos a las discográficas en cinco años

Napster se ha ofrecido a pagar 1.000 millones de dólares (183.000 millones de pesetas) en cinco años a las discográficas a cambio de que retiren su demanda y le permitan seguir distribuyendo música protegida por derechos de autor. Sin embargo, las grandes distribuidoras recibieron la propuesta con gran reticencia.

Napster está dispuesta a pagar 1.000 millones de dólares (183.000 millones de pesetas) a las compañías discográficas en un plazo de cinco años. A cambio quiere que éstas pongan fin a su batalla judicial y que le permitan seguir distribuyendo música protegida por derechos de autor.

Napster se compromete a transformarse en un servicio por suscripción que, según sus ejecutivos, le permitirá pagar 150 millones de dólares (unos 27.450 millones de pesetas) al año a las cinco mayores discográficas (Sony, Warner, BMG, EMI y Universal) y otros 9.150 millones a las productoras independientes. El reparto de fondos se decidirá en función del número de veces que se copien las canciones de cada sello discográfico.

La compañía asegura que de aquí a julio puede tener implantado un sistema de suscripción con el que los usuarios pagarán entre 2,95 y 4,95 dólares al mes (entre 540 y 905 pesetas) por cargar un número limitado de canciones (que aún está por determinar). Si quieren tener acceso ilimitado, deberán pagar entre 5,95 y 9,95 dólares por mes (1.088 y 1.820 pesetas).

Además se compromete a limitar la calidad del sonido a 128 kilobits por segundo (considerado "casi" tan bueno como el de un CD) y a cobrar un precio adicional si el usuario quiere copiar la canción en un disco compacto virgen.

Según Napster, el nuevo servicio tendrá 2,5 millones de suscriptores de pago a finales de año y 17 millones en su quinto ejercicio (lo que le permitiría facturar más de 1.000 millones de dólares). Es decir, que reconoce que la mayoría de sus 50 millones de usuarios dejarán de usar el servicio cuando sea de pago.

La oferta fue hecha pública por Hank Barry, presidente de Napster, Shawn Fanning (fundador de la compañía), Thomas Middlehoff (presidente de su socio Bertelsmann, que es dueño de la discográfica BMG) y Andreas Schmidt, jefe de la división de comercio electrónico del grupo alemán. Y el foro elegido para ello fue una rueda de prensa celebrada en San Francisco el martes. Un golpe de efecto que no ha gustado nada a los ejecutivos de las grandes discográficas.

La industria no cede

Ami Weiss, portavoz de la Asociación de la Industria Discográfica de América, afirmó que Napster "intenta presionar" a la industria "en lugar de sentarse con ella cara a cara para negociar", y que están "cansados de que aplique una estrategia de relaciones públicas en lugar de una estrategia de negocio".

Universal Music dijo que "es responsabilidad de Napster proponer un modelo de negocio legítimo", y que "na-da de lo que hemos escuchado sugiere que hayan cumplido esa tarea". Y Richard Parsons, de AOL-Time Warner, dijo que no piensan permitir "que Napster siga funcionando con su actual modelo ilegal mientras desarrolla un modelo de negocio". Es decir, que tendrá que suspender su servicio antes de sentarse a negociar.

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