Bruselas impulsará un plan de lucha contra el fraude con tarjetas bancarias
Las cifras hablan solas. El volumen de fraude efectuado con tarjetas de pago en la UE asciende actualmente a 600 millones de euros anuales, lo que supone un incremento del 50% respecto al año pasado. El problema ha llevado a Bruselas a proponer un plan de acción dirigido a entidades financieras, comercio minorista, jueces y policía, para coordinar la lucha contra el delito organizado en este ámbito.
Los esfuerzos para combatir el fraude y la falsificación son especialmente importantes para el desarrollo del comercio electrónico. Así lo asegura la Comisión Europea en una comunicación en la que insta al Parlamento Europeo, al Banco Central Europeo, al Comité Económico Social y a Europol a respaldar el plan de prevención contra el fraude realizado con tarjetas de crédito o débito y medios de pago no efectivo.
Según la CE, en la actualidad el fraude de mayor entidad se está generando en el caso de transacciones con pago a distancia, especialmente a través de Internet, y es mucho mayor en el ámbito transfronterizo que en el terreno nacional. Sus autores son organizaciones delictivas capaces, en palabras de la Comisión, "de poner en marcha una fábrica para falsificar tarjetas de pago en cuestión de horas". Organizaciones que a menudo operan en distintos países y emplean "técnicas sofisticadas" para cometer fraudes en los pagos a través de la Red.
En este sentido, el principal objetivo del plan de acción es potenciar la colaboración entre las autoridades públicas de la UE y los interlocutores privados (entidades financieras, empresas, comercio minorista, organizaciones de consumidores, entre otros). El plan, que deberá revisarse en 2003, exigirá a los bancos y a todas las entidades emisoras de tarjetas de pago que proporcionen el máximo nivel de seguridad en las transacciones electrónicas "a más tardar para mediados de 2002". Según la comunicación emitida por la Comisión, el sector financiero deberá modificar sus prácticas y hacerlas más seguras, ya que para Bruselas la prevención en este ámbito "es fundamentalmente una tarea del sector de sistemas de pago".
En este sentido la Comisión Europea insta a las entidades a mejorar la seguridad de las tarjetas "y a suprimir o disimular, en los justificantes de ventas de éstas, los datos que puedan permitir a los delincuentes efectuar pagos a distancia fraudulentos". Otra de las medidas propuestas es la creación de un número de teléfono único en toda Europa para comunicar las pérdidas y robos de tarjetas. Además, se potenciará el crecimiento de intercambios de información entre el sector financiero y el sector minorista "sin dejar de respetar los derechos y libertades de las personas y las normas de competencia".
El plan anuncia la creación de una página de Internet dedicada a la prevención del fraude y la puesta en marcha de instrumentos de formación diseñados especialmente para policías, magistrados y fiscales.