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Herrero prepara una remodelación de la cúpula directiva de Iberdrola

El consejero delegado de Iberdrola, Javier Herrero, prepara cambios en la dirección de la empresa vasca. Y sería una pieza más del plan que perfilan los responsables de la compañía en esta nueva etapa. Sin embargo, la alemana Eon avanza en su estrategia que tiene como objetivo una OPA que los grandes accionistas de Iberdrola no consideren hostil.

La frustrada fusión con Endesa va a provocar una remodelación del organigrama directivo de Iberdrola. Fuentes consultadas aseguran que Javier Herrero, consejero delegado de la eléctrica vasca, está preparando cambios en la cúpula directiva con el fin de afrontar los nuevos retos que se le presentan y en el que se pretende jugar un papel de liderazgo. Los planteamientos sobre la forma de articular el nuevo organigrama serían presentados al consejo de administración que se celebrará mañana.

Retomar el liderazgo es uno de los objetivos de los gestores de Iberdrola, un puesto que se había cedido a Endesa durante el proceso de integración con la empresa presidida por Rodolfo Martín Villa. Y más ahora, cuando la empresa que preside Íñigo de Oriol tiene que exponer a sus accionistas una estrategia, sola o en compañía, que apuntale el proyectado crecimiento. El nuevo plan estará dispuesto (si no se producen acontecimientos que precipiten su presentación como una OPA o un nuevo intento de alianza) para la junta que posiblemente se celebre en mayo o junio.

En el nuevo organigrama puede emerger con fuerza José Luis Sampedro, un ejecutivo con amplia historia en Iberdrola, fundamentalmente en el campo financiero, y que había quedado descolocado con la llegada de Fernando Bécker. Su posición había quedado también limitada en la integración con Endesa. Los cambios afectarán al área de diversificación: José Miguel Martínez Urquijo, responsable de diversificación, que ya había anunciado su jubilación tras la fusión con Endesa, una postura que mantiene, y Tomás Calleja, responsable de Relaciones Institucionales Corporativas, también tenía previsto prejubilarse con la fusión.

Por otra parte, Íñigo de Oriol, presidente de Iberdrola, denunció en el consejo de administración de la compañía vasca que renunció a la fusión con Endesa "la nueva demostración del riesgo regulatorio a que están sometidas las empresas eléctricas".

Ofertas

Oriol, para apoyar sus tesis, citó textualmente la condición 1.17 del acuerdo del Consejo de Ministros relativo a la fusión en el que se especificaba que "en el supuesto de que, una vez ejecutadas las desinversiones que procedan para dar cumplimiento a estas condiciones sustantivas, se produjese una modificación relevante de las condiciones de Competencia en los mercados eléctricos no derivada de lo previsto en el presente acuerdo el Servicio [de Competencia] podrá proponer al Gobierno la modificación de los plazos o los límites establecidos en las mencionadas condiciones sustantivas".

Oriol reconoció ante los miembros del máximo órgano de gobierno de Iberdrola que las "condiciones impuestas [por el Ejecutivo que preside Aznar] difieren sustancialmente de las propuestas en el proyecto de fusión y, en su conjunto, pueden significar una reducción del 25% del valor creado".

Pero la alemana Eon prosigue con su objetivo de lanzamiento de una OPA sobre Iberdrola, según medios bursátiles. Y avanza en su estrategia, pero intentando que sus principales accionistas españoles (BBVA, 10%, y BBK, 7,4%) no consideren la oferta hostil. El grupo germano necesita el apoyo del consejo para revisar los estatutos que limitan los derechos políticos de cada accionista al 10%, aunque su participación sea más elevada. En este sentido, los mismos medios señalan que ha contactado con un banco de negocios para que actúe como mediador. Otra empresa, en este caso estadounidense, también parece interesada en Iberdrola.

 

Pizarro afirma que Oriol y Martín Villa midieron mal

El vicepresidente de Endesa, Manuel Pizarro, reconoció ayer que los presidentes de las dos primeras eléctricas españolas (Rodolfo Martín Villa e Íñigo de Oriol) habían calibrado mal el riesgo regulatorio. "Habían pulsado los resortes necesarios para aventurar lo que iba a pasar, pero todos hemos medido mal", manifestó. Pizarro, quien iba a ocupar la presidencia de la sociedad resultante de la fusión de las dos eléctricas, descartó que los puestos de los dos presidentes peligrasen, pese a las críticas recibidas, especialmente en el caso del de Iberdrola, Íñigo de Oriol. Y, después de manifestar que la situación es "irreconducible", Pizarro afirmó que "era una operación difícil, pero pretendíamos crear una gran empresa española de seis billones de capital para competir en el mundo global".

Pizarro añadió que se estaba creando "una compañía con unas ganas enormes de comerse el mundo".

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