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BALANCE DEL MERCADO DE TRABAJO EN 2000

Economía asegura que si los salarios superan el 2% bajará la ocupación

La destrucción de empleo en el último trimestre de 2000 obligó ayer a los máximos responsables económicos del Gobierno a reconocer que existe una "clara y evidente" desaceleración económica. En su opinión, las únicas vías de frenar mayores caídas de empleo son que los salarios no crezcan por encima del 2% y que la reforma laboral que se negocia flexibilice lo máximo posible el mercado de trabajo.

Los ministros de Economía, Rodrigo Rato, y de Hacienda, Cristóbal Montoro, no tardaron ayer, tras conocer la destrucción de empleo registrada en el último trimestre del año 2000, en pedir a los agentes sociales que se apliquen en la moderación salarial en el proceso de negociación colectiva de este año, como mejor fórmula para frenar mayores caídas de empleo en futuros trimestres. Pero esto no será suficiente, ya que el Gobierno entiende que para que no haya un cambio de tendencia en la creación de empleo, la moderación salarial deberá ir acompañada irremediablemente de un acuerdo de reforma laboral que flexibilice al máximo el mercado de trabajo y, en especial, las relaciones laborales. Esto podría interpretarse, entre otras cosas, como un claro llamamiento al abaratamiento de los costes de despido.

Rato indicó en Bruselas que "las negociaciones salariales que se realicen en el año 2001 en España deben hacerse, primero, mirando hacia adelante y no hacia atrás; y está claro que estamos en un momento de desaceleración de la economía europea, muy moderada pero en cualquier caso ya incontestable".

El secretario de Estado de Economía, José Folgado, fue el más explícito al abogar por una mayor modernización del mercado de trabajo y asegurar que subidas salariales por encima del 2% destruirán empleo. "El referente de la inflación (2%) debe servir de pauta en la negociación colectiva para evitar que se destruya empleo o que se desacelere la intensidad de la creación de empleo", dijo Folgado.

No obstante añadió que todavía no hay noticias que fundamenten que "esta desaceleración vaya a ser intensa ni duradera". En su opinión, este frenazo en la creación de empleo es fruto del enfriamiento de la economía internacional. Es más, a su juicio, hay cuatro elementos que justifican lo coyuntural de esta situación: el equilibrio de las finanzas públicas, la solvencia financiera de las empresas españolas, el reequilibrio del sector exterior y la previsión de que los tipos se mantendrán estables o a la baja.

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Juan Carlos Aparicio, quitó importancia a lo que él denominó como "un trimestre complicado" y se dedicó a resaltar que la creación de empleo en 2000 superó en 91.800 puestos las previsiones oficiales del Gobierno y aventuró que también se superará la previsión de 2001.

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