Optral negocia con empresas en Brasil para producir conjuntamente
Optral, el único fabricante de fibra óptica de capital totalmente español, negocia en la actualidad con varias empresas brasileñas "iniciar un proceso de fabricación conjunto en Brasil", explica Ra-món Alós. Según el propietario y presidente de Optral, "así conseguiríamos un grado de nacionalización del producto, reducción de aranceles y, sobre todo, la reducción del plazo de entrega".
La compañía catalana ha ampliado recientemente 1.600 metros cuadrados su factoría en Pineda de Mar (Barcelona), en la que trabajan 30 personas. La empresa ha puesto en marcha una nue-va línea de producto para fabricar un tipo de fibra, "la llamada Ribbon, que permite empalmar simultánea-men-te 12 fibras a la vez".
Capital español
Tras el cierre de la compañía zaragozana Cables de Comunicaciones, Optral es la única firma de capital español que fabrica fibra óptica en España. Las otras dos fabricantes son los grupos italiano Pirelli y francés Alcatel. Cables de Comunicaciones fue vendida a la multinacional británica BICC, que trasladará su factoría a Suráfrica.
Optral cerró 2000 con unas ventas de 800 millones de pesetas. Para este año la compañía prevé aumentar su facturación hasta 1.700 millones. Optral exporta el 50% de la producción, principalmen-te a Europa. También vende en Chile, Argentina y Brasil y mantiene contactos para entrar en Australia y el Sureste asiático.
La empresa catalana nació en 1988 para explorar el mercado de la fibra óptica "cuando nos dimos cuenta de que tenía futuro", explica Alós. Entonces formaba parte del grupo Ralocar Condelec, dedicado a la fabricación de cables eléctricos y propiedad de la familia Alós.
En un principio Optral se centró, sobre todo, en la fabricación de equipos optoelectrónicos, que transforman la señal eléctrica en señal óptica, pero en 1990 empezó a fabricar fibra óptica. "Entonces nuestros clientes eran Telefónica y empresas con equipos de alta seguridad".
En 1990, Ralocar Condelec, el grupo al que pertenecía la empresa, fue vendido a la multinacional sueco-helvética ABB. Optral fue la única compañía del grupo que quedó al margen de la venta y en manos únicamente de su actual propietario Ramón Alós. Durante los cinco años posteriores a la venta del grupo, Optral "no pudo hacer prácticamente nada" por un pacto de no competencia firmado con ABB.