Fox sigue los esfuerzos de acercamiento a los zapatistas para lograr la paz en Chiapas
El presidente mexicano, Vicente Fox, ha colocado la paz en el Estado de Chiapas en la primera página de su agenda. El viernes viajó por tercera vez en dos meses de gobierno al depauperado estado del sur del país en el que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) permanece levantado en armas desde el 1 de enero de 1994.
Ante un grupo de empresarios locales presentó un programa de inversiones por 50 millones de dólares (9.000 millones de pesetas) y se declaró "a favor" de la caravana zapatista que recorrerá 12 Estados hasta llegar a la capital mexicana el 11 de marzo.
Fox multiplica sus visitas y ofrece optimismo al afirmar que "en pocas semanas" se resolverá la situación. Entretanto, las condiciones para el diálogo parece que empiezan a darse. Fox dio instrucciones a la Comisión para la Concordia y la Paz (Cocopa) formada por representantes del Senado y el Congreso, para que estudie medidas de garantía de seguridad de los zapatistas en su marcha.
Además, anunció que el Ejecutivo quiere tomar parte en la discusión de la ley de derechos indígenas, uno de los pilares de la paz futura. "Está a prueba si la otra parte realmente quiere la paz"; afirmo Fox el viernes, "Vamos a dar oportunidad de que nos lo demuestre".
Diálogo
Como gesto de acercamiento, el Gobierno del Estado de Chiapas liberó a nueve simpatizantes zapatistas, con lo que suman ya 38 los excarcelados desde el pasado 29 de diciembre. Estas liberaciones forman parte del marco exigido por el EZLN para sentarse a negociar. También exige que el Ejército se retirara de siete posiciones militares y la aprobación de una ley de derechos indígenas basada en los Acuerdos de San Andrés, que Fox envió al Congreso para su debate nada más llegar al poder.
La caravana zapatista pretende entrevistarse con representantes de partidos y organismos sociales para que apoyen este documento, que Zedillo estuvo a punto de aprobar. En la caravana, bautizada zapatour, participarán 23 comandantes zapatistas y su cabeza, el subcomandante Marcos.
Partirá de San Cristóbal de las Casas el 24 de febrero y, tras recorrer comunidades indígenas y capitales estatales, llegará al distrito federal para reclamar "el reconocimiento constitucional de los derechos y culturas indígenas".
La clase empresarial, atenta a los efectos sobre la economía mexicana de la desaceleración estadounidense, no oculta su temor a que la caravana repercuta en la percepción internacional del país.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Raúl Picard, afirmó recientemente que "en cuanto salgan de Chiapas deberían ser apresados". Es la voz de la industria maquiladora, que con sus fábricas ha concentrado el milagro exportador mexicano, con un crecimiento del 20% anual desde 1995.
Marcos ha encontrado en el carismático Fox, vencedor en las elecciones del 2 de julio, un interlocutor de talla. La proyección internacional del conflicto zapatista hace de la imagen el principal frente de batalla desde que en 1994 se declarase el alto el fuego.