El Ecofin censurará a Irlanda por indisciplina fiscal pese al superávit
Charlie McCreevy, ministro de Economía de Irlanda, pasará hoy a la historia de la Unión Europea. Y lo hará muy a su pesar. Responsable de gestionar la economía más dinámica de la zona euro, McCreevy quedará en los anales de la Unión como el primer ministro al que sus colegas recomendaron modificar los Presupuestos del Estado.
El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin), reunido hoy en Bruselas, no tiene potestad para obligar a Irlanda a seguir su recomendación.
El tratado ni siquiera prevé sanciones por no cumplirla (a diferencia de las previstas para la violación del Pacto de Estabilidad).
Pero la llamada presión de los pares y el sonrojo ante la opinión pública pueden ser suficientes para reconducir el Presupuesto irlandés hacia las grandes orientación de política económica (GOPE) que el Consejo Europeo aprobó en junio de 2000.
El comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, pedirá hoy precisamente a los ministros de Economía que remitan a Bruselas sus presupuestos y medidas fiscales más significativas antes de adoptarlas para que el proceso de corrección pueda iniciarse antes de que estén plasmadas por escrito.
Solbes ejercerá hoy de fiscal en la acusación contra McCreevy. Los cargos contra la república irlandesa se resumen "en la inconsistencia de sus planes presupuestarios para 2001 con las GOPE adoptadas el año pasado". No es probable que McCreevy encuentre defensores entre sus homólogos. Acaso la débil solidaridad de los colegas de países no integrados en la zona euro (Reino Unido, Suecia y Dinamarca), más reacios a cualquier injerencia comunitaria en los asuntos internos de un Estado miembro.
Pero todas las fuentes diplomáticas consultadas du-dan que nadie vaya a batirse para defender a Irlanda. "La Comisión y Ecofin ya reclamaron el año pasado a Dublín que utilizara la política presupuestaria para combatir los riesgos de recalentamiento de la economía irlandesa", recuerdan.
Bruselas considera que Irlanda ha abusado de la tolerancia de que gozaba gracias al crecimiento prodigioso que ha registrado en la última década. El programa de estabilidad irlandés que evalúa hoy Ecofin refleja ya una cierta desaceleración, pero aún señala un 10,7% de crecimiento en el año 2000 y prevé un 8,8% para 2001.
Sin embargo, apuntilla Solbes, la inflación alcanzó en el año 2000 un 5,6%, frente al 3,1% previsto en el último programa de estabilidad. "A pesar de ello, los planes presupuestarios para 2011 son expansivos y procíclicos, y, por consiguiente, deben ser considerados incompatibles con las GOPE".
Portavoces de Hacienda en Dublín defendieron el Presupuesto, aunque reconocen un sesgo expansivo equivalente al 0,5% del PIB. Pero tras dos años de fuerte ajuste fiscal -equivalente al 3% del PIB-, y dada la existencia de un superávit presupuestario del 4,2% del PIB en 2001, el Gobierno consideraba preferible incluir bajadas de impuestos e incrementos del gasto social antes que ver saltar por los aires el pacto de concertación con los sindicatos, una de las claves del milagro económicos del tigre celta. Es más, el gasto en políticas activas destinadas a incentivar la incorporación de las mujeres a la fuerza de trabajo tendrá un efecto por el lado de la oferta que esperan compense los efectos expansivos en la demanda. "¡Cómo vamos a ser la oveja negra con el superávit público que tenemos!", dijo un economista del ministerio.
Y al mantener estrechas relaciones comerciales con el Reino Unido y EE UU, ha sido mucho más perjudicado por la inflación importada por la debilidad del euro. Esto representa una parte significativa del diferencial con la media de la zona, sostiene. A partir de ahora, con la apreciación del euro, se empezará a estrechar. Pero Solbes insiste: la condena "es necesaria para reforzar la coordinación de las políticas económicas de los miembros de la zona euro".