EDF renuncia al monopolio en Francia para comprar EnBW

æpermil;lectricité de France (EDF) obtuvo ayer la luz verde comunitaria para tomar el control de la eléctrica alemana EnBW (a su vez, aliada de Ferroatlántica en la OPA por Hidrocantábrico). Pero, para lograrlo, la compañía pública francesa se ha visto obligada a sacrificar ante la Comisión Europea importantes cuotas de poder que le supondrán, de facto, la pérdida de su monopolio en el mercado francés.

Las concesiones ofrecidas por EDF son suficientes para evitar el fortalecimiento de su posición de dominio en la parte liberalizada del mercado eléctrico en Francia, dictaminó ayer el comisario europeo de Competencia, Mario Monti, al autorizar con condiciones el control de la eléctrica alemana Energie Baden-Württemberg (EnBW) por parte de æpermil;lectricité de France. Bruselas calcula que la venta de activos ofrecida por EDF le supondrá a esta compañía la pérdida de un tercio del mercado abierto a la competencia, que en Francia asciende al 30% del total de los consumidores, frente al 54% en España o el 100% en Reino Unido, Finlandia, Suecia o Alemania.

EDF se ha comprometido a subastar 6.000 megavatios de su capacidad de generación en territorio galo, "permitiendo así a las compañías extranjeras acceder a una parte importante del mercado francés", según la Comisión Europea. Estos nuevos competidores podrán utilizar esa capacidad durante cinco años para captar clientes en el mercado francés.

Derechos de la CE

Bruselas calcula que esta diversificación de la oferta, junto a la progresiva apertura del mercado (que en 2005 debe alcanzar el 35%, según las normas comunitarias) y la presencia de pequeñas eléctricas locales, como Compagnie Nationale du Rhône (CNR) o Société Nationale d'æpermil;lectricité Thermique (SNET), permitirá que a partir de ahora casi un tercio de los clientes cuyo consumo exceda los 16 gigavatios por hora al año puedan elegir suministrador.

Pero, por si acaso, la CE se reserva, además, el derecho a verificar dentro de cinco años la evolución del mercado para determinar si la subasta de los 6.000 megavatios de generación ha producido la suficiente liquidez en la oferta. De no ser así, Bruselas obligará a EDF a prolongar el plazo de concesión de esa capacidad a las empresas competidoras.

La subasta de la generación la organizará EDF bajo la supervisión de un fideicomisario independiente del ejecutivo comunitario. Pero Mario Monti debe dar el visto bueno al resultado, y ya ha advertido en repetidas ocasiones que es condición inexcusable que en la enajenación de activos los compradores dispongan de una capacidad real de competir con la empresa vendedora.

El pasado mes de septiembre, por ejemplo, el comisario consideró inaceptables los compradores propuestos por las petroleras francesas TotalFina y Elf para adquirir las 70 estaciones de servicio que debían vender como consecuencia de su fusión. En un plazo de cinco días, TotalFina/Elf tuvo que aportar otra lista de candidatos.

Otras concesiones

Tras cinco meses de investigación, las condiciones aspiran a equilibrar no sólo el mercado galo, sino también la presencia de la compañía francesa en otros países europeos. En clave nacional, el monopolio francés debe renunciar a su puesto en el consejo de administración de CNR, una de sus rivales locales. Bruselas espera que esa compañía "se convierta en un activo elemento de competencia en el sector".

Además de CNR y SNET, en Francia opera una tercera compañía, Harpen, propiedad del grupo alemán RWE (también interesado en la adquisición de Hidrocantábrico, por la cual presentó anteayer una oferta pública de adquisición).

Por otra parte, EnBW era, según Bruselas, uno de los potenciales competidores de EDF en Francia, dada su privilegiada posición en el suroeste de Alemania, donde se encuentran dos de los cuatro puntos de interconexión con la red francesa. Al adquirir el 34% de EnBW, detalla la Comisión, el monopolio francés no sólo elimina un potencial competidor, sino que podía aumentar, además, su cuota de mercado en Alemania hasta el punto de influir la estrategia de las eléctricas de ese país (RWE, E.ON o HEW) si tratasen de asaltar la fortaleza gala.

Las concesiones impuestas ahora, asegura Monti, no sólo evitan esa amenaza para las compañías alemanas, sino que acotan también la expansión en Europa de EDF. Esta compañía, "presente ya en varios Estados miembros", conseguiría con su propuesta inicial de incursión en el mercado germano "una posición única para ofrecer un auténtico servicio paneuropeo a los clientes industriales y comerciales"

Monti ha corregido, además, el dominio que la operación hubiera otorgado a EDF en Suiza, país no comunitario pero cuyo sector eléctrico se encuentra estratégicamente situado entre las zonas más industrializadas de Alemania y Francia.

Bruselas ha exigido por ello que la alemana EnBW renuncie a su participación del 24% en la eléctrica helvética Watt.

 

Las repercusiones en España

La operación que autorizó ayer la Comisión Europea tiene varias lecturas para España. En primer lugar, queda meridianamente claro que la potestad para dirimir si una operación de dos empresas de distintos países de la Unión Europea cumple o no la normativa sobre competencia es directamente de Bruselas.

La decisión de la UE se produce tan sólo unos días después de que el Gobierno español reclamara para sí esa potestad, con motivo del lanzamiento de la OPA de la portuguesa EDP y Cajastur sobre Cantábrico.

Ese razonamiento, efectuado por Rodrigo Rato, ya fue contestado con dureza desde Bruselas.

La segunda lectura también está de plena actualidad. EnBW, la empresa que ahora controlará el gigante francés EDF es el socio del grupo Villar Mir en su intento de asalto a Hidrocantábrico.

Además, con esta operación, EDF completa su estrategia en el mercado alemán, con lo cual es posible que piense en entrar más a fondo en España.

Simultáneamente, las condiciones exigidas a EDF, es decir, la apertura del mercado francés, abre una buena oportunidad de negocio para las eléctricas españolas.

Endesa siempre ha suspirado por asomarse al mercado vecino. Y más ahora, en un momento en el que la empresa que preside Rodolfo Martín Villa ha de recomponer su política de expansión, una vez frustrada la fusión con Iberdrola.