Las rurales demoran la unión que reclama Caruana
Las cooperativas andaluzas han emprendido la integración y en cuatro comunidades está en suspenso.
Las únicas que han hecho caso al Banco de España son las cajas rurales andaluzas. La recomendación que reiteró el pasado viernes Jaime Caruana, gobernador de esta institución, para que las rurales se unan y ganen terreno parece haber caído en saco roto.
Las entidades rurales de Málaga y Almería se fusionaron y crearon Cajamar en mayo del año pasado y las de Sevilla y Huelva se unieron meses después, en septiembre, en la Caja Rural del Sur. Ambas entidades están abiertas a nuevas incorporaciones.
Las andaluzas llevan la delantera. Mientras que en otras comunidades autónomas la posibilidad de unión se está ralentizando aunque se ha debatido más de una vez.
A esto se añade que un informe encargado a la consultora McKinsey por las propias rurales auguraba pérdidas a 20 de estas entidades en 2003 y resultados insuficientes a otras 46 si no había un cambio de rumbo.
La polémica está ahora en las siete rurales de Castilla y León. La Caja Rural del Duero (radicada en Valladolid) ha planteado unilateralmente una fusión que las demás rechazan mayoritariamente criticando que se han enterado de esta propuesta "por la prensa".
Casi todas prefieren no entrar en la discusión después del revuelo que se ha organizado. Si bien, la Caja Rural de Salamanca no se opone radicalmente. Su presidente, Ladislao González, rechaza la forma en que la Rural del Duero ha presentado la alternativa, pero señala que "hay que dialogarlo en el foro adecuado, entre todas las entidades".
En Valencia -una comunidad muy atomizada, con más de 40 cajas rurales- varias entidades tantearon el terreno el año pasado sin avanzar un paso. Mientras, la Rural de Toledo y la de Ciudad Real se lo han planteado en varias ocasiones, aunque de forma oficiosa, y las aragonesas parecen haber paralizado su proyecto.