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El Banco de España cree que la previsión de inflación para este año no es realista

El Banco de España consideró ayer improbable que la inflación vaya a reducirse este año al 2% previsto por el Gobierno, a pesar de la bajada del precio del petróleo y la apreciación del euro, en un entorno de desaceleración económica.

El Banco de España avisa al Gobierno sobre la seria posibilidad de que el fracaso del Ministerio de Economía en la lucha contra la inflación, hecho patente en los tres últimos años, se extienda también a este ejercicio. Ayer, el director general de la autoridad monetaria, Luis Malo de Molina, aseguró que la previsión del Ejecutivo (acabar el año 2001 con un IPC del 2%) "no está adaptada" a la situación actual de la economía española, en la que la inflación se encuentra en estos momentos en el 4%, medido en tasa interanual.

Malo considera que la bajada del precio del petróleo y la recuperación del euro frente al dólar, irán reduciendo la inflación a lo largo del ejercicio, pero será muy difícil que ésta se rebaje a la previsión oficial. En su opinión, el principal problema se encuentra en el mantenimiento del diferencial de precios con la UE, que en diciembre de 2000 se amplió incluso a 1,7 puntos. Este diferencial "supone un claro riesgo para la competitividad de la actividad y para su sostenibilidad dentro de la Unión Monetaria", indicó en una jornada sobre Oportunidades y Opciones de Inversión para 2001, organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).

Malo de Molina advirtió de otro riesgo, ligado a la recuperación del euro. "La economía española se enfrenta al peligro de que, cuando se invierta la evolución del tipo de cambio de la divisa europea, emerja la pérdida de competitividad con los países que no pertenecen al euro, y se sume a la ya generada con la zona euro", consideró.

Por otra parte, el director general del Banco de España avanzó que la economía española se desaceleró "ligeramente" en el cuarto trimestre de 2000 con relación a los trimestres anteriores, en los que el producto interior bruto (PIB) había crecido entre el 4,2% y el 4,1%. Malo consideró que la evolución de la economía en los últimos tres meses del pasado año responde a la tónica registrada desde junio, con un menor vigor del consumo, especialmente en el de las familias. Respecto a este año, indicó que continuará la desaceleración de la economía hasta situarse " en el entorno del 3,5%", en un ejercicio en el que las exportaciones se verán perjudicadas por la apreciación del euro en los mercados de divisas.

Las previsiones del Banco de España se enmarcan en un entorno de "pérdida de fuelle" de la actividad en el conjunto de la Unión Europea, a la espera de los efectos que tendrá el "aterrizaje" de la economía estadounidense.

Déficit corriente

Precisamente ayer, el Banco Central Europeo (BCE) hizo públicos los datos de la balanza de pagos de la zona euro en los 11 primeros meses de 2000. Hasta noviembre, el área aumentó su déficit por cuenta corriente hasta 23.600 millones de euros, frente a sólo 1.900 millones del mismo periodo de 1999.

Esto se debe principalmente a la reducción del superávit de la subbalanza de bienes, desde los 77.900 millones de euros en los primeros 11 meses de 1999 a 54.600 millones de euros en los mismos meses de 2000.

En la cuenta financiera, la característica más relevante es la caída de las inversiones directas hacia países terceros en una cuantía de 9.500 millones de euros. Si sólo se tiene en cuenta el mes de noviembre, los países que integran la Unión Monetaria registraron un déficit por cuenta corriente de 2.900 millones de euros, un aumento de 800 millones respecto a noviembre de 1999.

Este incremento obedeció, una vez más, al descenso del excedente de la balanza de mercancías, desde 6.300 millones de euros a 4.600 millones.

En este escenario una modificación a la baja de los tipos de interés en la región serviría para favorecer el crecimiento económico. Sin embargo, los expertos no creen que el Consejo de Gobierno del BCE, en la reunión que celebrará mañana, vaya a tocar los tipos, en un momento en el que la inflación de la UE está aún por encima del 2%, y no está claro el grado de la desaceleración económica en EE UU.

Ayer, el tipo de interés marginal del dinero prestado en subasta a las entidades financieras por parte del BCE coincidió con el mínimo de puja que rige desde octubre, revelando el desinterés de la banca comercial en adquirir dinero a un precio superior al 4,75%.

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