Davos descarta una recesión mundial y confía en Estados Unidos
La amenaza de una crisis mundial queda lejos. Los expertos reunidos en Davos descartan que Estados Unidos afronte una recesión y auguran una recuperación de la actividad en la segunda mitad del año. Europa seguirá creciendo a un ritmo moderado. Los peores augurios son para Japón.
Davos abordó en su primera jornada la gran pregunta del momento: ¿cuál es el alcance real del aterrizaje de Estados Unidos? Y la respuesta destiló optimismo: la recesión está lejos de afectar a EE UU. Se trata de una desaceleración "lógica", tras muchos años de fuerte crecimiento, de la que volverá a recuperarse en la segunda mitad del año.
La amenaza de una crisis mundial queda fuera del escenario más próximo según los expertos reunidos ayer en el World Economic Forum, los mismos que el año pasado pronosticaron un ejercicio brillante para las empresas tecnológicas y poco después asistieron a su caída en picado en las Bolsas. Jacob A. Frankel, directivo de Merrill Lynch, basa su "confianza con cautelas" en el alto grado de información existente so-bre la evolución de la economía; en que las empresas han hecho ajustes a corto plazo sobre los stocks y no con los amplios márgenes del pasado; y en que las decisiones de la Reserva Federal sobre tipos de interés se trasladan con rapidez al mercado de capital.
Todos coincidieron en que la rebaja fiscal prometida por el nuevo Gobierno de George Bush debe acompañarse de austeridad presupuestaria. Aún así, la medida dificultará la tarea de Alan Greenspan con los tipos de interés.
Europa seguirá manteniendo un ritmo de crecimiento moderado, dados sus lastres en materia de empleo, ajuste fiscal e inflación. Francia y Alemania se verán más afectadas por la caída de las exportaciones. Las tensiones en los precios son aún demasiado fuertes, lo que dificultará que el Banco Central Europeo baje los tipos de interés en los próximos seis meses, según estos expertos.
Los analistas apostaron por una política más agresiva del BCE en materia de tipos para reducir el paro e impulsar la actividad y reclamaron la continuidad de las reformas para recortar el diferencial de precios. Japón, por el contrario, afrontará todavía varios meses de inestabilidad política y deterioro de sus indicadores.