Canarias imita a Baleares al frenar la construcción de nuevos hoteles
Canarias se ha convertido en la segunda comunidad que impone una moratoria de plazas hoteleras. Baleares estudia modificar su ley para intentar frenar el fuerte aumento de precios.
En algunas zonas de Canarias es más fácil ver grúas [de las que se emplean en la construcción] que palmeras". Con esta frase, un alto representante de un operador turístico alemán define lo que está ocurriendo actualmente en algunas zonas costeras de las islas.
La bonanza de los tres últimos ejercicios turísticos en Canarias han tenido como consecuencia una fiebre constructora que está haciendo aumentar las plazas hoteleras desde las 350.000 que actualmente existen en el archipiélago hasta las 440.000 que están autorizadas, según datos del Gobierno de Canarias. La entrada en vigor la semana pasada de una moratoria urbanística que afecta directamente a las plazas de alojamiento ha frenado la construcción de casi 200.000 nuevas camas.
Junto a esos buenos ejercicios lo que se ha producido en Canarias es una corriente de inversión hacia la construcción de hoteles. Fuentes de un grupo hotelero indican que fondos procedentes de la "Reserva Canaria de Inversiones (RIC) se están destinando a invertir en la construcción de nuevos hoteles, lo que ha provocado una proliferación de nuevos establecimientos".
La RIC permite a los empresarios dejar de pagar hasta un 90% del impuesto de sociedades. A cambio tiene que depositar ese dinero en una 'bolsa' de la que posteriormente se extraerán dichos fondos para invertirlos en Canarias.
En 1998 las Cámaras de Comercio Canarias pronosticaron que en un plazo de cinco años, a contar desde aquel momento, en la RIC se moverían fondos "por un valor que superaría el billón de pesetas". La última actualización de esa reserva la realizó el Gobierno canario este mismo año y cifró en 800.000 millones de pesetas el contenido de la RIC.
Pese a ese aumento de plazas de alojamiento, los hoteleros consideran que la RIC puede ser empleada mejor. Según fuentes de una cadena mallorquina con fuerte implantación en Canarias, "los fondos de la RIC podrían emplearse en la reforma de habitaciones obsoletas de tal modo que se recondujese la inversión hacia la reforma de los hoteles en vez de hacia la construcción de nuevas plazas, en línea con lo que se ha hecho en Baleares".
Pero si la acumulación de capitales ha tenido como consecuencia en Canarias la aparición de una oferta hotelera que supera a la demanda, en el caso de Baleares lo que ha provocado ha sido un aumento en la calidad de los establecimientos y, consecuentemente, en los precios.
Esa mejora ha tenido como consecuencia que muchos hoteles hayan acometido obras de reforma para elevar su categoría, pasando de dos o tres estrellas a cuatro o cinco. Ese es el caso del hotel Tívoli, de la playa de Palma, que estaba en obras y que la semana pasada se derrumbó.
Incrementos del IPC
En paralelo, estos aumentos en categoría han tenido como consecuencia una elevación en los precios, que según el Instituto Nacional de Estadística (INE) supuso un incremento de un 22,2% en el periodo entre enero y noviembre de 2000. Mientras que en 12 meses el aumento llegó al 5,9%.
Pese a ello, los hoteleros de Baleares señalan que ese incremento no mide realmente lo que está ocurriendo con los precios de los hoteles y, argumentan que la mayor parte de la contratación de sus establecimientos se realiza a operadores turísticos europeos con subidas más cercanas a un 3% o un 4%.
Tanto en el caso de las leyes de moratoria de Baleares, que está a punto de ser modificada, como en el de la de Canarias, todos los implicados en el negocio turístico apuntan que la clave de estas medidas en la búsqueda de la "calidad, frente a la cantidad", especialmente con el resurgimiento de destinos como Egipto o Turquía.