La Guardia Civil interceptó a más de 50 inmigrantes en el Estrecho el fin de semana
La Guardia Civil interceptó a más de 50 nuevos inmigrantes indocumentados durante el fin de semana en el Estrecho. Una de las embarcaciones en las que viajaban un grupo de estos inmigrantes naufragó en aguas de la costa gaditana. La Guardia Civil rescató el cuerpo sin vida de uno de los ocupantes de la embarcación y a otras cinco personas con vida, todas ellas de origen magrebí.
Por otra parte, ayer desembarcaron cinco polizones, cuatro de origen marroquí y uno argelino, de un buque portugués atracado en el Puerto de Santurtzi (Bizkaia). Uno de los polizones, un marroquí menor de edad, fue trasladado al centro de menores de Loiu, San José Artesano, mientras que el resto permanecía ayer en dependencias policiales. Según las primeras informaciones, al menos uno de los polizones, el de nacionalidad argelina, habría pedido asilo político.
Mientras, ayer continuaban su encierro grupos de inmigrantes en la iglesia de La Asunción de Los Alcázares (Murcia) y en la de Santa María del Pi, en el barrio gótico de Barcelona. Estos últimos -unas 265 personas- han iniciado una huelga de hambre en protesta por la entrada en vigor, mañana de la ley de Extranjería. Además, cerca de 200 inmigrantes se manifestaron ayer en la plaza de la Virgen de Valencia para pedir la legalización de su situación y expresar su rechazo a la ley de Extranjería.
Comisión permanente
El Grupo Socialista anunció ayer a través de la secretaria de Políticas Sociales y Migratorias del PSOE, Consuelo Rumí, que va a pedir la creación de una Comisión Permanente en el Congreso de los Diputados. La Comisión realizará un seguimiento continuo de la inmigración en España.
Para Consuelo Rumí, la ley de Extranjería, que sumó el apoyo parlamentario de los partidos PP, CiU y CC, "cuenta con la legitimidad, pero salió sin consenso, y sin entender la mano tendida por el PSOE".
Tras criticar que el Gobierno carece de una política migratoria, la dirigente socialista reiteró que su formación sigue dispuesta al consenso y pronosticó que en materia de extranjería "queda por ver lo peor y más duro".