_
_
_
_
_

El Ibex se convierte en un clon del Nasdaq por el peso de los valores tecnológicos

Justo lo contrario de lo esperado por el consenso de analistas. Es el signo de los nuevos tiempos en la Bolsa. æpermil;sta hace justamente lo contrario de lo proyectado. Los ciclos son más cortos, pero más intensos. Lo peor es ir con el pie cambiado. Fueron muchos los participantes en el mercado los que perdieron gran parte del patrimonio el año pasado y muchos, también, los que siguen atónitos el rápido transcurrir de los primeros compases del año. No se han atrevido a entrar en la Bolsa. Suele suceder que, cuando decidan hacerlo, sea ya muy tarde.

Los informes de situación de las principales firmas del mercado, aunque con tintes, como siempre, claramente alcistas para el conjunto del ejercicio, han desparramado grandes dosis de prudencia en el primer trimestre. Coincidía la mayoría en que el estreno de 2001 iba a ser malo. Y la Bolsa, una vez más, ha hecho lo contrario.

Predicar y dar trigo suelen ser posturas antagónicas. Es lo que sucede en la coyuntura actual, porque hoy, como ayer, el mercado nacional, sus cambios de humor, está condicionado a los del mercado tecnológico estadounidense Nasdaq.

Un análisis detenido de la evolución de la Bolsa española en los últimos 10 años señala que hasta octubre de 1999 el Ibex seguía al pie de la letra los dictados del Dow Jones. El resurgir de los valores tecnológicos en esas fechas, con el fenómeno Terra a la cabeza de la manifestación, zanjó la situación de un plumazo y el principal índice de la Bolsa española pasó a convertirse en un clon del Nasdaq.

Todo parece indicar que al final del año pasado los agoreros e intermediarios se olvidaron de esta circunstancia, porque a estas alturas de enero aún siguen frotándose los ojos, porque la Bolsa española ha subido en contra de sus pronósticos. ¿Qué ha pasado? El principal índice del mercado español ha seguido los pasos, milímetro a milímetro, del Nasdaq y dentro de éste el comportamiento sectorial. O lo que es lo mismo, el resurgir de Telefónica y Terra, por ejemplo, se corresponde con el comportamiento de esta misma clase de compañías en dicho mercado. Y a corto plazo, resultados y tipos mandan.

 

Alan Greenspan vuelve a escena

Cuando el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos bajó por sorpresa 0,5 puntos los tipos de interés el 3 de enero, fueron muchos los analistas los que aconsejaron a sus clientes extremar la prudencia a la hora de invertir en Bolsa, aunque la teoría decía que había que hacer justamente lo contrario, es decir, comprar.

El mensaje más enviado y leído en la primera semana de 2001, es decir, hace dos semanas, fue que Alan Greenspan ocultaba al mundo, con esta decisión, una situación caótica, especialmente grave, de la economía de EE UU.

Estas reflexiones, siempre por parte de quienes proyectan situaciones más bajistas para las Bolsas, pese al correctivo de 2000, han chocado por enésima vez con la realidad. Desde siempre, la relación Bolsa-tipos de interés es a la inversa. Sube aquélla cuando bajan éstos, y al revés.

Los mercados, con todo, no se dan por satisfechos con el último recorte. El día 30 se reúne el Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal que decide sobre política monetaria. El consenso es que volverán a recortar en 0,25 puntos los tipos de interés debido a las grandes divergencias que muestran las últimas estadísticas económicas publicadas en Estados Unidos. Alan Greenspan volverá a quitar protagonismo, así, al recién elegido presidente Bush.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_