El BBVA supedita su apoyo a la fusión eléctrica a las condiciones del Gobierno
El BBVA, primer accionista de Iberdrola con el 9% del capital y que cuenta casi con el 4% de Endesa, condiciona su apoyo a la fusión de ambas compañías a los requisitos que el Gobierno fije a la operación. El banco copresidido por Emilio Ybarra y Francisco González ha expresado, asimismo, sus dudas sobre el precio por acción pactado en la fusión y ya mostró su negativa a la integración en el consejo de de administración de Iberdrola de octubre, ante la negativa del presidente de la eléctrica vasca, Íñigo de Oriol, de presentar al consejo de la propuesta de OPA de Gas Natural.
La postura del BBVA respecto a la la fusión Endesa-Iberdrola deberá quedar clara antes del 3 de marzo próximo, fecha en la que se celebrará la junta de accionistas de la entidad financiera vasca. Una parte sustancial de su cartera industrial la componen los títulos de las dos eléctricas.
Pero la decisión del BBVA tendría una importante trascendencia en otros accionistas, sobre todo por el efecto de imagen que puede generar en los fondos de inversión norteamericanos que controlan más de un 15% de Iberdrola. La entidad financiera vasca tiene solvencia en el mercado de Estados Unidos y su postura puede hacer de efecto tractor a la hora de conseguir apoyos para aprobar o vetar la integración en la junta de accionistas de Iberdrola.
Prioridades de la caja
Pero la Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK), titular de algo más de un 5% de Iberdrola, también juega un papel fundamental. BBK dice que no ha variado su postura negativa a la fusión "si no se defiendan los intereses del entorno económico de Iberdrola".
Según la entidad de ahorro vizcaína, el entorno es: los empleados de la compañía eléctrica vasca, pequeños accionistas "en su mayoría clientes de la BBK" y que la fusión garantice los proyectos industriales energéticos "que se van a desarrollar en el País Vasco". BBK antepone estos intereses a la consecución de una mejor ecuación de canje en su fusión con Endesa.
Por otra parte, Electricité de France (EdF) considera ceder capacidad de producción, con la que se podría quedar Endesa. Con esa posible operación, la compañía francesa podría conseguir dos objetivos: que la Comisión Europea dé el visto bueno a su entrada en el capital de la eléctrica alemana EnBW y conseguir su participación en la compra de los activos que Endesa e Iberdrola pongan en el mercado por su fusión.