EDP rompe el pacto con Iberdrola por la fusión y ENI revisará su alianza
EDP da por concluida su alianza con Iberdrola ante la evidencia de que su fusión con Endesa será realidad en tres meses. La empresa resultante de la integración podría además revisar el acuerdo con ENI, manteniendo el suministro de gas pero eliminando la vertiente eléctrica. Falta por conocer la posición definitiva del Ejecutivo luso en Galp, participada por Iberdrola, ENI y EDP.
El Gobierno portugués, que mantiene una golden share en Electricidade de Portugal (EDP), ha optado por la ruptura de la alianza estratégica que esta empresa suscribió con Iberdrola, que incluía un cruce accionarial. La evidencia de que el proceso de fusión con Endesa va por el camino del éxito ha sido determinante en la decisión que es conocida por los directivos de la empresa vasca. La determinación, ya firme, del ministro de Economía, Mario Cristina de Sousa (antes presidente de EDP), es compartida por su sucesor que sí quiere tomar posiciones ante la venta de activos provenientes de la fusión, especialmente en los rios Tajo y Duero.
El Ejecutivo luso vetó a Endesa en la fase de búsqueda de un socio estratégico para EDP, dado que una posible alianza entre las dos empresas habría sido asimétrica en detrimento de la eléctrica portuguesa. Y esas condiciones, según fuentes consultadas, se trasladan a la compañía resultante de la fusión.
La elección de Iberdrola como socio de EDP y la firma de la alianza se produjo en 1998, y desde esa primera etapa se materializó un intercambio de capital por 2,25%. Posteriormente, Iberdrola superó el 4% de la portuguesa y EDP llegó hasta el 3,5% de la eléctrica vasca. El pacto entre ambas eléctricas prevé la construcción de varias centrales de ciclo combinado en Portugal.
Pero el consenso con EDP llega al campo de las telecomunicaciones, una estrategia que ahora puede sufrir una revisión. Las dos eléctricas cerraron en octubre del año pasado un acuerdo por el que pactaban explotar de forma conjunta su red de fibra óptica, formada en la actualidad por 10.000 kilómetros, para el negocio de telecomunicaciones en la península Ibérica. Esta estrategia compartida se instrumentó a través de Iberdrola Redes y Onitelecom, sociedad participada al 100% por Iberdrola.
El Gobierno portugués no ha resuelto si tomará una resolución similar en Galp, en donde Iberdrola tiene un 4% y ENI es propietario del 33%.
La integración de Iberdrola en Endesa tendrá otra repercusión en las alianzas exteriores suscritas por la empresa que preside Iñigo de Oriol. La fusión podría obligar a revisar el contenido del acuerdo de cooperación que firmó con el grupo italiano Ente Nazionale d'Idrocarburi (ENI) y su filial gasista Snam.
No se trata de romper el contrato de gas que suministrará la empresa que dirige Vittorio Mincato, que asciende a 1,5 bcm (miles de millones de de metroas cúbicos) al año. La empresa resultante de la fusión considera muy positivo contar desde el inicio de su existencia con dos importantes compromisos de abastecimiento a largo plazo; el otro es el que Endesa alcanzó con Gas Natural. El acuerdo con ENI fija, asimismo, el desarrollo conjunto de una compañía de trading y marketing de gas para operar en el mercado español.
Pero sí se prevé que afecte a la vertiente eléctrica. Endesa tiene muy definida su política de expansión en Europa y una de sus principales bazas es la compra de activos de la italiana Enel. Un acuerdo en esa línea sería incompatible con la la toma del 10% de ENI.