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Un informe de la UE critica la opacidad de las leyes europeas

Un informe elaborado por el Consejo Económico y Social (CES) de la UE ha dado la voz de alarma contra el exceso y la complejidad de la normativa europea. El dictamen del CES considera que la oscuridad de la legislación comunitaria perjudica la competitividad económica, penaliza el espíritu empresarial y obstaculiza el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas europeas.

El dictamen del Comité Económico y Social (CES) de la UE demuestra que el problema del exceso de complejidad de las normas jurídicas no atañe tan sólo a la legislación española, sino que se ha convertido en una suerte de tara comunitaria de la que no escapa ningún Estado miembro y, mucho menos, las instituciones de la Unión Europea. "Algunos reglamentos comunitarios resultan abusivamente pesados y complejos, cuando con más concesiones mutuas podrían haberse simplificado sin perder nada de su eficacia", asegura el dictamen del CES al analizar las razones de lo que, a su juicio, "se percibe como un fracaso".

Para este organismo, el exceso de complejidad de la reglamentación europea tiene unas consecuencias económicas claras: penaliza el espíritu y la creatividad empresariales, obstaculiza el desarrollo de las pequeñas empresas, "incluidas las empresas nacientes necesarias para la vitalidad de la nueva economía europea" y frena la facultad de innovación.

El informe recuerda también que el exceso de normas no afecta sólo al tráfico empresarial, sino que tiene importantes efectos negativos sobre la libertad y la vida social de los ciudadanos de los 15 Estados miembros "al imponerles limitaciones tanto de tiempo como de dinero". El texto del CES, que hace hincapié en el elevado coste global que supone el exceso de barreras, normas y burocracia, subraya la necesidad urgente de iniciar un proceso de simplificación de la legislación europea "mejorando la calidad de sus normas y la eficacia de transposición, así como las libertades y las responsabilidades de los protagonistas de la sociedad civil".

Así, este organismo reclama que el Consejo Europeo de Estocolmo -que se celebrará en la próxima primavera- adopte "un plan plurianual 2001-2005 de simplificación", cuyo cumplimiento deberá verificarse anualmente. El CES considera que la Comisión Europea debería reconsiderar la elección de sus instrumentos legislativos a la hora de tomar sus decisiones y apostar más por los reglamentos (de aplicación directa por los Estados miembros) que por las directivas (que imponen sólo una obligación de resultado).

Así, en opinión del CES, el exceso de libertad que dejan las directivas dificulta la armonización de las legislaciones nacionales. "Es frecuente que las disposiciones acordadas en Bruselas se peguen a las reglamentaciones nacionales sin modificarlas de manera sustancial ni, con mayor motivo, eliminarlas", señala. También critica el que ese exceso de margen lleve a menudo a que una misma directiva comunitaria acabe siendo plasmada en 15 legislaciones muy diferentes entre sí.

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