Los 82 empleos de Carbomed, pendientes de la pelea accionarial
La Casera busca una salida al enfrentamiento que mantiene con sus socios y que puede acabar con el cierre de la franquiciada.
El conflicto entre La Casera y Carbónica del Mediterráneo (Carbomed) ha entrado en una fase dramática para los 82 trabajadores de la empresa alicantina que ven cómo sus empleos penden de un hilo. La batalla por el uso de la marca de gaseosas que mantienen las dos firmas desembocó el pasado viernes en la presentación por parte de Carbomed de un expediente de extinción de la totalidad de la plantilla.
La empresa de Alicante empezó ayer a entregar a sus empleados una carta en la que les exonera de asistir al trabajo. De hecho, no hay trabajo al que acudir. El pasado 27 de diciembre una juez prohibió que Carbomed continuara fabricando gaseosas con la marca La Casera hasta que se resuelva la denuncia presentada por La Casera contra el que ha sido durante muchos años su franquiciado para la Comunidad Valenciana.
Pero el caso tiene un componente peculiar: La Casera -cuyo consejero delegado es José Arozamena- es accionista, con el 50%, de Carbomed. El resto pertenece a las familias Penalva y Zapater (40% y 10%, respectivamente), que gestionan la empresa. Por tanto, La Casera mantiene un litigio contra una empresa de la que es accionista mayoritario. ¿Cómo se llegó a esta situación?
Los hechos se remontan a junio de 1998, cuando los tres consejeros de La Casera dejan de asistir a los consejos de Carbomed por discrepancias sobre el modelo de gestión de la empresa. Según el director financiero de La Casera, Carlos Casals, la empresa atravesaba una mala situación financiera y los Penalva y Zapater propusieron vender activos para salvar la situación. "Nosotros queríamos hacer un plan de viabilidad que contemplase una ampliación de capital, porque la venta de activos era pan para hoy y hambre para mañana", apunta Casals. La negativa de los otros socios acabó en ruptura.
La situación de Carbomed fue empeorando. Una demoledora auditoría sobre las cuentas de 1999 concluye dudando de la viabilidad de la empresa. Carbomed falla en el pago del canon a La Casera y la matriz rompe el contrato de franquicia. Sin embargo, Carbomed entiende que tiene un contrato válido para seguir produciendo bajo la marca. La batalla se recrudece y los juzgados toman la palabra.
Mientras, La Casera empieza a distribuir directamente en la Comunidad Valenciana, restando mercado a Carbomed. A principios de diciembre, La Casera publica una serie de anuncios en prensa en los que denuncia que Carbomed engaña al consumidor con un producto falso. De ahí, al auto judicial y al expediente.
La Generalitat Valenciana ha comenzado a mediar entre las dos partes, tratando de buscar una solución. Según Casals, La Casera quiere solucionar el problema. "No queremos que desaparezca Carbomed ni que se pierdan empleos", afirma el director financiero. "El sistema de franquiciados funciona, buena muestra son las seis empresas externas que producen nuestro producto en España". Mientras tanto, en las oficinas de Carbomed nadie contestaba ayer a las llamadas de teléfono destinadas a recabar la opinión de la empresa sobre el conflicto.
La plantilla desconfía de las propuestas de Penalva
El gerente de Carbomed, Francisco Penalva, se reunió ayer con los trabajadores para exponerles la situación y para apuntar posibles soluciones. Según el secretario de UGT Alimentación de la Comunidad Valenciana, Agustín Pérez, Penalva señaló que su idea para salir de la crisis es que La Casera les venda su participación en Carbomed. Los representantes de los trabajadores recibieron con asombro esta propuesta.
"Para nosotros, la solución es la contraria", dijo Pérez. "Sin la licencia de La Casera, la empresa, que está en una situación económica caótica, no es viable", dijo el dirigente sindical, que dudó de la capacidad económica de Penalva para comprar las acciones: "Si no pagaron los 400 millones que hubieran paralizado el auto del juez, no sé cómo van a comprar a La Casera su parte".
Los trabajadores se manifestarán hoy ante la sede social de Carbomed para pedir una salida a la crisis que permita salvar el empleo.