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El 30% de las empresas admite una caída en sus pedidos de exportación

Un 29,3% de las empresas exportadoras admitía el pasado octubre una evolución a la baja en su cartera de pedidos exteriores a 12 meses, frente a sólo un 4% que declaraba expectativas de descenso tres meses antes. Al mismo tiempo se reducen un 20% las empresas que esperan una evolución al alza en sus pedidos.

Las empresas exportadoras españolas han dado, en el tercer trimestre de 2000, un giro radical en la positiva evolución que mostraban sus expectativas de cartera de pedidos exteriores a medio y largo plazo, hasta el punto de que los datos de la última encuesta de coyuntura que realiza la Secretaría de Estado de Comercio muestra los peores resultados desde 1997.

Avanzando una posible desaceleración de la demanda externa por el enfriamiento de la economía norteamericana y la recuperación del euro, los resultados de la encuesta del Gobierno, correspondiente al tercer trimestre de 2000, reflejan como el porcentaje de empresas exportadoras que declara una cartera exterior al alza hasta septiembre de este año ha caído hasta sólo el 45,6% del total frente a un 65,6% en el trimestre anterior.

En cambio, el porcentaje de empresas que anunciaba un descenso en sus pedidos procedentes de los mercados exteriores se incrementaba 24 puntos, hasta el 29,3%. Esta evolución negativa afectaba al 50% de las empresas con una facturación en exportaciones superior a los 5.000 millones de pesetas y al 90% de las pertenecientes al sector del automóvil, nuestra primera industria exportadora, siendo ambos sectores los más afectados.

Por contra, las empresas con una facturación exterior inferior a los 2.500 millones de pesetas y las integradas en los sectores de alimentación, semimanufacturas, bienes de equipo y bienes de consumo eran las presentaban un mayor porcentaje de expectativas de mejora.

A pesar de la contundencia de los datos, es evidente, también, que la fecha de realización de la consulta, entre el 5 y el 24 de octubre, puede haber sesgado negativamente los resultados de la encuesta, especialmente en las empresas de automóvil, al no reflejar todavía la caída producida en los precios del petróleo. Es por ello que parece prudente esperar los resultados del último trimestre para confirmar si estamos o no ante un efectivo cambio de tendencia.

Los precios se estabilizan

Por lo que respecta a la actividad exportadora de las empresas entre julio y septiembre del pasado año, la encuesta avanza ya esta moderación en las ventas exteriores españolas con una cartera de pedidos que evolucionó al alza para el 50,4% de las empresas, 14 puntos menos que en el trimestre anterior; mientras que permaneció estable para un 34,1% y cayó para un 15,4%.

Durante este periodo la evolución a la baja en los pedidos afectó especialmente a las empresas de alimentación, semimanufacturas, materias primas y bienes de equipo y a las que tienen una facturación por exportaciones inferior a los 2.500 millones de pesetas.

Las respuestas de las empresas exportadoras españolas señalan también como la evolución de los precios internacionales y de los márgenes de beneficio en la exportación se mantuvieron en la misma línea de estabilidad de los trimestres anteriores, corrigiéndose la tendencia alcista que se detectó a principios de 2000. Así los precios se consideran estables para el 64% de las empresas consultadas y los márgenes para un 63%.

A pesar de esta estabilidad son mayoría las empresas que consideran que el margen de beneficio comercial de la exportación ha sido superior al del mercado interior. Así lo afirman el 49% de los consultados mientras que para el 19,7% habrían sido iguales o similares y un 15% estima que sus márgenes en el mercado interior han sido superiores a los obtenidos en sus operaciones exteriores.

Finalmente, al analizar los factores que están influyendo positiva o negativamente en la evolución de sus exportaciones destaca, entre los elementos perjudiciales, la concentración de alusiones al transporte, al que se refiere el 44% de las empresas; mientras que el porcentaje de menciones para el resto de factores (competencia internacional, tipo de cambio, demanda externa y situación de mercados internacionales) no supera en ningún caso el 10%.

Entre los factores que afectan positivamente, los más citados por las empresas son la demanda externa (33%) y el comportamiento del tipo de cambio (25%).

Las menciones relativas a la evolución de la demanda exterior como factor positivo son mayoritarias entre las empresas con una facturación en exportaciones superior a los 5.000 millones de pesetas, (49%) y entre las del sector de automoción (93%); mientras que las menciones al tipo de cambio afectan especialmente a las empresas con una facturación por exportaciones entre 2.500 y 5.000 millones de pesetas y a las de materias primas y de semimanufacturas.

 

La competitividad exterior mejoró un 2,9%

La tendencia depreciatoria del euro frente al dólar ha sido también el elemento fundamental que ha impulsado la competitividad en precio de las exportaciones españolas que en los nueve primeros meses de 2000 ha mejorado un 2,9% frente los países de la OCDE y un 1,9% durante el tercer trimestre. Estas tasas habrían podido ser aun más positivas de haberse visto afectada la economía española por el repunte inflacionista que ha empeorado nuestros diferenciales de precios.

Los datos facilitados ayer por la Secretaría de Estado de Comercio muestran como entre julio y septiembre de 2000 la depreciación en 2,5% de la peseta frente a la media de las divisas de los países de la OCDE no pertenecientes al área euro compensó, sobradamente, el empeoramiento en un 0,8% de nuestros precios relativos.

Especialmente significativas fueron las pérdidas de valor de la divisa española, impulsada por la caída del euro, frente al dólar de EE UU (8,8%) al yen japonés (8,3%) y la libra esterlina (3,6%).

En los mercados de la Unión Europea, la competitividad de las exportaciones españolas se mantuvo inalterada en el tercer trimestre con respecto a junio, ya que la citada depreciación de la peseta frente a la libra se vio compensada por un aumento, en la misma cuantía en nuestros precios relativos.

Frente a los once países de la Unión Monetaria, donde los cambios de las divisas son irrevocablemente fijos , la competitividad de los productos españoles empeoró un 0,7% entre julio y septiembre, tasa equivalente al empeoramiento de nuestro diferencial de inflación.

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