La UE estima que hay que sacrificar dos millones de reses en seis meses
La Comisión Europea estima que en los seis primeros meses de este año podrían sacrificarse e incinerarse cerca de dos millones de reses de más de 30 meses en el plan de choque contra la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), según publicó ayer la prensa alemana y confirmaron fuentes de Bruselas. Por otra parte, desde octubre el consumo de vacuno en Europa ha caído un 27%. Además, el ministro español no descarta que el espinazo sea retirado de la cadena alimentaria.
La Comisión Europea calcula que hasta dos millones de reses de más de 30 meses de edad podrían ser sacrificadas e incineradas durante este primer semestre de 2001 como consecuencia del plan de choque contra la encefalopatía espongiforme bovina aprobado por los ministros de Agricultura en diciembre pasado, según confirmó ayer Bruselas.
Ese plan, que entró en vigor el 1 de enero, prohíbe la entrada en la cadena alimentaria de cualquier res de más de 30 meses que no haya sido sometida a la prueba de detección de la EEB, con independencia de que pertenezca o no a un grupo de riesgo (rebaño donde se haya manifestado la enfermedad) o presente o no síntomas de la enfermedad.
En total podrían llegar a retirarse 650.000 toneladas de carne (casi un tercio de los animales sacrificados en Europa cada año), con un coste total en compensaciones a los ganaderos de 1.200 millones de euros (unos 200.000 millones de pesetas). El 30% de esa cantidad correría a cargo de las haciendas nacionales, y el resto, por cuenta del presupuesto comunitario. La única forma de reducir la factura será acelerar la introducción de pruebas a las reses mayores de 30 meses, que no son obligatorias hasta el próximo 1 de julio.
Bruselas asegura, no obstante, que su plan no fomenta la eliminación indiscriminada de la cabaña, pues las indemnizaciones están por debajo del valor de mercado de la res. En el caso de España, la financiación comunitaria máxima asciende a 280 euros por vaca o toro sacrificados bajo este régimen, y 536 por cada vaca sin descendencia o por cada buey.
La compra de animales de más de 30 meses que no hayan sido sometidos al test prionics (el destinado a detectar la enfermedad) y su destrucción correrá a cargo del ministerio, con un coste de 9.300 millones. (el 70% lo abonará por la UE).
Por otra parte, un informe elaborado por expertos del Ministerio de Agricultura afirma que el mal de las vacas locas se incuba durante más de 15 años, por lo que "de forma inmediata no se puede conocer la situación real de la enfermedad en nuestra cabaña ganadera". El coste de retirar los cadáveres en explotación, trasladarlos y eliminarlos será de 7.246 millones de pesetas en seis meses, de los que el Gobierno pondrá 2.416 millones, según el informe.
El consumo de carne de vacuno cayó una media de un 27% en los países de la UE, como consecuencia de la crisis de las vacas locas, según dijo ayer viernes la Comisión Europea.