Dimite el presidente de Firestone por la crisis de los neumáticos defectuosos
Yoichiro Kaizaki, presidente del grupo japonés Bridgestone (Firestone), anunció ayer que dejará el cargo en marzo. La renuncia se produce tras meses de intensa polémica (y pérdidas) por la ola de accidentes mortales ligada a fallos en los neumáticos Firestone detectados en Estados Unidos. Kaizaki asegura, sin embargo, que su dimisión no significa que "asuma responsabilidad" por este asunto.
El presidente ejecutivo y del consejo de Bridgestone, Yoichiro Kaizaki, anunció ayer que abandonará ambos puestos en marzo, tras meses de intensa polémica (y abultadas pérdidas) por el escándalo de los neumáticos defectuosos en Estados Unidos.
Kaizaki seguirá trabajando como asesor para la compañía y la presidencia será asumida por Shigeo Watanabe, que hasta ahora ocupaba una de las direcciones del grupo.
Bridgestone (dueña de la marca Firestone) asegura que el relevo tiene como objetivo rejuvenecer el equipo directivo y restaurar la confianza de los inversores en la compañía.
Y el propio Kaizaki anotó que su renuncia "no tiene nada que ver con la idea de asumir responsabilidad" por la crisis de los neumáticos Firestone. Algo que también dijo Masatoshi Ono, presidente de la filial estadounidense Bridgestone/Firestone, cuando anunció su jubilación "con efecto inmediato" en el mes de octubre, poco después de que estallase el escándalo.
Demandas
Los ejecutivos del grupo japonés intentan así cubrirse las espaldas frente a la ola de demandas presentadas por damnificados estadounidenses, que reclaman compensaciones multimillonarias por los accidentes.
Las autoridades estadounidenses han detectado hasta ahora 148 muertes por accidentes supuestamente provocados por fallos en las ruedas Firestone (la mayoría con vehículos del modelo Ford Explorer).
El fabricante japonés niega que esté demostrado que los neumáticos sean los causantes de los accidentes. Y Kaizaki sugirió durante una intervención ante el Senado de EE UU que el causante podría ser el Ford Explorer. Una declaración con la que ponía oficialmente fin al centenario idilio de Ford y Firestone.
Aunque todavía siguen investigándose las causas de los accidentes, Bridgestone se vio obligada a retirar del mercado estadounidense 6,5 millones de neumáticos de las series que se sospecha que son defectuosas.
Una medida que se ha cobrado un duro peaje en la imagen y los resultados del grupo. Bridgestone tuvo que rebajar un 80% sus previsiones de beneficio para el ejercicio 2000 (colocándolas en 116 millones de dólares). Y buena parte del recorte está ligado a los 750 millones de dólares provisionados para financiar la retirada de neumáticos y los costes legales en Estados Unidos.