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TRIBUNA

<I>La integración de operaciones en la nueva economía</I>

Las compañías que quieran beneficiarse de la mejora de eficiencia de un mercado digital deberán agrupar sus sistemas de información.

Durante el último año se han publicado numerosos artículos sobre los importantes beneficios que las nuevas tecnologías pueden aportar a lo que ya comúnmente se denomina la nueva economía. Dichos beneficios tratan sobre todo de las capacidades de conectar un gran número de agentes bajo una plataforma común basada en Internet.

Este concepto se materializa en los llamados eMarketplaces o mercados digitales, que, como primera aproximación, permiten la realización de transacciones comerciales entre diferentes agentes a través de un simple navegador. Los mercados digitales se pueden organizar verticalmente, enfocándose en determinados sectores económicos, o pueden tener una aproximación horizontal con el objetivo de proveer necesidades comunes a una comunidad mixta.

La concepción del mercado digital como un lugar donde realizar transacciones comerciales ofrece en sí misma numerosas ventajas, como pueden ser el acceso a un mayor volumen teórico de clientes, de proveedores, mejora de comunicación entre los agentes pertenecientes al mercado y mayor control en la gestión comercial, entre otros.

Sin embargo, uno de los principales beneficios que van a derivarse de la participación en los mercados digitales se deriva, asimismo, del concepto de integración de sistemas.

Esta integración debe entenderse bajo dos dimensiones: integración de los sistemas de información de la compañía con el mercado digital e integración de las operaciones de los diferentes agentes en un concepto de empresa extendida y donde el concepto de cadena de suministro desaparece para dejar paso a lo que en nuestra firma denominamos como el ISW (integrated supply web) o web de suministro integrado.

En el primer aspecto, las compañías que quieran beneficiarse de la mejora de eficiencia de un mercado digital deberán integrar sus sistemas de información, evitando de esta forma la duplicidad de tareas en los sistemas internos y en la plataforma digital.

Esta integración llegará en un primer momento en las áreas de ventas y aprovisionamientos, pero deberá extenderse al resto de áreas funcionales de la compañía: gestión de inventarios, contabilidad, planificación, recursos humanos, etcétera.

El segundo aspecto surge como evolución al tradicional sistema de comunicación entre empresas liderado por el EDI. Este sistema de comunicación demostró su eficiencia en relaciones entre compañías uno a uno, pero vio limitado su crecimiento por su complejidad tecnológica, que implicaba un elevado coste de desarrollo e implantación, reduciendo su utilización a grandes empresas. Estas empresas lograban así garantizar el efficient customer response.

Con los mercados digitales se da un paso más allá, permitiendo que, a través de la tecnología Internet, se puedan establecer relaciones comerciales muchos a muchos entre las diferentes empresas de la cadena de valor gracias a la estandarización de las comunicaciones en protocolos basados en XML y la concentración de agentes en una única plataforma. Las limitaciones en este caso quedan supeditadas al índice de penetración de Internet entre las empresas y el desarrollo de las comunidades de negocio.

Una vez superado el estado inicial de aceptación de Internet por las empresas como herramienta comercial y conocidas las ventajas indiscutibles del medio, éstas deberán buscar la excelencia a través de los mercados digitales, que entonces actuarán como comunidades virtuales que permiten la interacción de las operaciones entre todos sus participantes, superando las ineficiencias de los estados anteriores.

Este nuevo escenario recoge las ventajas que ya ofrecen los mercados transaccionales y a las que ahora se añaden las ventajas proporcionadas por la integración de los sistemas, y posteriormente, todas las operaciones empresariales gestionadas por los sistemas de información de los participantes del mercado digital. Estas operaciones abarcarán tanto al área de operaciones, tales como el diseño, planificación y programación colaborativas, gestión logística integrada, etcétera, como áreas administrativas, tales como gestión financiera, pasarelas de pago, financiación, seguros de operaciones e incluso las áreas de recursos humanos.

Estas ventajas pueden recogerse en los siguientes puntos:

w Automatización e integración de las operaciones entre agentes, llegándose a potentes modelos colaborativos. Rapidez, disminución de costes y tiempos de ejecución, eliminación de errores e incertidumbres, aseguramiento de la trazabilidad y seguridad en las operaciones.

w Ampliación y optimización de los flujos de información. En este escenario, la información contenida en el sistema de información de un agente es susceptible de ser compartida con los demás integrantes del mercado virtual que interese.

w Potencialmente todos los agentes necesarios para la consecución de una orden pueden interaccionar a través de un único punto (ISW). Esto permite la gestión integral de todas las operaciones empresariales. Además, la existencia de este único punto no permite la interacción mas allá de los vecinos cercanos de la cadena de valor.

w Acceso a estos servicios a pequeñas y medianas compañías que hasta ahora no han tenido capacidad de incorporar nuevas tecnologías, desplazando las inversiones a los desarrolladores del mercado, que con economías de escala y mediante el modelo de ASP podrán ofrecer acceder a la integración de sus operaciones a costes reducidos.

La existencia de un marketplace con las operaciones de todos sus participantes integradas transforma de esta forma el viejo concepto de cadena de valor en una red de valor.

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