El 'volantazo' de Greenspan pone suelo al mercado y anima a la recuperación
La Reserva Federal, con su teatral gesto de la semana pasada, ha demostrado que no quiere que la Bolsa siga bajando. Con este paraguas, el escenario ha mejorado en gran medida, pero en la gestión del aterrizaje todavía quedan muchos obstáculos por sortear.
Alan Greenspan tuvo que dar la semana pasada un fuerte volantazo en su política monetaria para tratar de esquivar la recesión. Dado que la depresión en los mercados de capitales juega un papel clave en lo excesivo de la desaceleración, la intervención de la Reserva Federal fue sorpresiva. Era clave que los mercados asumiesen la mejora del sentimiento, algo que difícilmente podría haberse producido con un más que cantado recorte de un cuartillo el día 30.
La lectura de esta intervención es que Greenspan considera suficiente la caída de la Bolsa y que no está dispuesto a que siga erosionando la economía. Ha puesto suelo al descenso, y el riesgo de que el mercado regrese a mínimos es limitado. En el peor escenario podría verse una bajada paulatina. Pero es indiscutible que el panorama ha cambiado por completo.
¿A qué viene tanta preocupación por los mercados? Porque, al igual que la expansión se basó en los vientos de cola del sector financiero, ahora los movimientos de capital son el gran lastre. La caída de las Bolsas daña el consumo y la demanda interna, la parálisis de las OPV castiga la inversión, y el poco atractivo de los activos financieros hace caer al dólar, lo que complica la financiación del déficit comercial. Y en la banca se perfila un credit crunch
Atajar este problema es muy complicado, porque en el sistema financiero juegan un papel importante la psicología y las expectativas. La clave estará en los mercados. Y si Greenspan logra contener la caída y pilotar un aterrizaje suave sin que la inflación le ate de manos, pasará a la historia.