La industria de las armas deportivas y de caza factura más de 31.700 millones
Los fabricantes vascos de armas deportivas y de caza mantienen una actividad con más de 40 años de historia que da trabajo a 2.000 personas y genera un negocio anual de más de 31.700 millones de pesetas.
Los fabricantes vascos de armas deportivas y de caza, así como de los complementos de estos dos deportes, incluida la actividad de cuchillería, están asentados en Euskadi desde hace 40 años.
El sector, integrado en su mayoría por pymes familiares, ha crecido con la importación, sobre todo de determinadas marcas que además trabajan en complementariedad con artículos de ropa y otros complementos. Esta industria encuentra sus clientes entre el millón y medio de cazadores censados por la federación española. Y es que España es el segundo país europeo en cifra de aficionados a este deporte, solamente precedida por Francia, y por delante de Italia y del Reino Unido.
La exportación es clave en este negocio, puesto que casi la mitad de las ventas, en concreto más de 13.100 millones de pesetas, se facturan en los mercados exteriores (ver gráfico). En cuanto al empleo, el sector depende del calendario de veda y por tanto un volumen considerable de los contratos laborales son de carácter temporal por la estacionalidad citada. En España, como en la mayoría de los países europeos, la legislación limita la entrega de la licencia de armas E, que es la exigida para el uso de escopetas.
En concreto, las personas que soliciten esta licencia tienen que carecer de antecedentes penales y practicar un deporte que requiera el uso de este arma (como la caza y el tiro deportivo, por ejemplo). También hay que pasar un examen psicofísico y otro teórico sobre el conocimiento del arma y de la normativa que limita su uso.
Según la Asociación Armera, ningún otro país de la Unión Europea exige este nivel de requisitos. La Asociación Armera se queja de la mala imagen de las empresas del sector, y tienen una política de acercamiento a la opinión pública.