La agricultura orgánica crece a un ritmo del 20%
La superficie cultivada dedicada a la agricultura orgánica -exenta de sustancias agroquímicas- ha experimentado un crecimiento superior al 20% y ya mueve un mercado de cuatro billones de pesetas anuales, lo que refleja su creciente protagonismo en el mercado mundial, impulsado por la crisis registrada en toda la cadena alimentaria, especialmente motivada por la aparición de las vacas locas. Estos fenómenos impulsarán un aumento de este tipo de agricultura más natural por encima del 30%.
æpermil;stas son las conclusiones de los estudios elaborados por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). La agricultura orgánica está basada en el consumo de productos que no implican daños a la naturaleza ni efectos secundario en la salud de las personas por la ausencia de sustancias químicas.
10,5 millones de hectáreas
La producción de hortalizas, frutas, cereales y hasta carne ocupa actualmente una superficie de 10,5 millones de hectáreas en todo el mundo, y sus principales consumidores son Estados Unidos, Japón y Europa.
El crecimiento de la agricultura orgánica en la década de los noventa se ha situado entre el 20% y 30% y en el futuro aumentará a un ritmo muy superior.
Los países europeos, Estados Unidos y Japón son las regiones donde más ha aumentado la demanda durante los dos últimos años, principalmente por la tendencia de las naciones desarrolladas por consumir alimentos "limpios" con el fin de prevenir enfermedades como el cáncer y los males congénitos derivados del uso de los agroquímicos, según los expertos. Pero con ello contribuyen también a la conservación de los suelos, los bosques y las fuentes de agua, una preocupación cada vez más creciente.
El volumen mundial del mercado orgánico alcanzó el año pasado cuatro billones de pesetas, con un crecimiento histórico superior al billón de pesetas respecto a 1997, lo que refleja un aumento considerable en la demanda.
El consumo de productos orgánicos en Europa y Japón es alto, pero no existe oferta suficiente para esos mercados, lo que provoca precios elevados, según Larry Boone, subdirector general del IICA.
En su opinión, estas condiciones fuerzan que cada día más agricultores se trasladen a esta nueva agricultura, especialmente en las zonas tropicales de América debido a su potencial de crecimiento y al ratio de rentabilidad previsto para las próximas campañas.