La crisis arancelaria lastra al sector farmacéutico
La industria teme que las nuevas tasas impositivas aceleren la relocalización de fábricas a Estados Unidos y mermen la competitividad de las empresas europeas
La amenaza de nuevos aranceles de Estados Unidos ha encendido las alarmas en los laboratorios españoles. De momento, no se han implementado nuevas tasas a los medicamentos europeos, pero la incertidumbre regulatoria y la presión para relocalizar producción en Estados Unidos están alterando los planes industriales del sector, y sembrando dudas sobre su futuro en Europa.
De aplicarse, los aranceles del 100% anunciados el pasado 26 de septiembre por el presidente Donald Trump podrían tener un impacto significativo en la industria farmacéutica de la UE. Según un informe reciente de Crédito y Caución, una tasa de tan solo el 15% conllevaría un coste adicional de aproximadamente 18.000 millones de euros. De cumplirse la amenaza, el daño podría ser enorme.
“Las empresas más expuestas serían aquellas que tienen plantas de fabricación de medicamentos innovadores de marca y patentados fuera de los Estados Unidos, y exportan a ese país”, señala David Epstein, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Granada y experto en economía de la salud. En España, las empresas de estas características son escasas, puntualiza, pero la amenaza podría tener efectos indirectos en la industria nacional. De acuerdo con datos de Farmaindustria, España alberga 174 plantas de producción, de las cuales 106 fabrican medicamentos de uso humano, y cuenta con un ecosistema de proveedores clave.
“España exporta unos 1.000 millones de euros anuales a Estados Unidos en productos farmacéuticos, y además cuenta con producción de principios activos por parte de empresas que trabajan para grandes multinacionales del sector. Algunas podrían estar interesadas en llegar a acuerdos para trasladar la fabricación y evitar los aranceles”, advierte Javier Pérez Castells, catedrático de Química Orgánica de la Universidad CEU San Pablo.
“La cadena de suministro es complicada y cualquier shock puede tener repercusiones imprevisibles”, incide Epstein. No obstante, desde Farmaindustria confirman que, al menos de momento, “no se han producido tensiones en las cadenas de suministro derivadas de las medidas proteccionistas”.
el Dato
España alberga 174 plantas de producción. 106 fabrican medicamentos de uso humano, y cuenta con un ecosistema de proveedores clave.
Para Europa, la aplicación de nuevos aranceles supone un riesgo estratégico, añade Pérez Castells. El continente no puede permitirse una caída en inversión en el sector en un momento especialmente delicado para su competitividad. Si esto ocurriera, señala, el impacto no se limitaría a la capacidad productiva, sino que también afectaría a los centros de investigación básica y a los programas de ensayos clínicos, que podrían perder dinamismo y recursos.
Por ahora, la industria contiene la respiración. “El principal problema es la enorme incertidumbre. A día de hoy no sabemos si los aranceles llegarán a aplicarse o si son, más bien, un instrumento retórico para presionar y forzar a algunas empresas a aumentar la inversión y la producción en Estados Unidos”, señala Ángel Saz, director de EsadeGeo y profesor de geopolítica y estrategia de Esade.
Esa incertidumbre ya ha generado efectos adversos. Farmacéuticas como Pfizer han acordado reducir el coste de los medicamentos que venden en Estados Unidos para evitar nuevos aranceles; otras, como Roche, Eli Lilly, GSK, Novartis o AstraZeneca, han anunciado inversiones en plantas dentro de Estados Unidos empujados por el mismo objetivo.
Los expertos temen que, si se aplican los aranceles, podrían frenar futuras inversiones en la fabricación de medicamentos en España. “Se trata de una oportunidad para reindustrializar con visión estratégica, construir soberanía sanitaria y poner en valor todo el ecosistema que rodea al medicamento, desde la I+D hasta la dispensación”, defiende Álvaro Carmena, presidente de la Federación de Empresarios Farmacéuticos de Castilla-La Mancha (Fefcam).
“España tiene todos los mimbres para convertirse en un referente en producción farmacéutica en Europa: talento, infraestructuras, red sanitaria, cercanía al paciente, pero para que eso se traduzca en inversión real necesitamos políticas alineadas, compromiso público‑privado y una visión clara”, concluye.
España, líder en investigación
Ensayos clínicos. España se ha consolidado como uno de los grandes polos internacionales de investigación clínica. Solo en 2024, la Aemps autorizó 930 ensayos clínicos, la cifra más alta de Europa, confirmando el atractivo del país en investigación. El 80% de estos ensayos son promovidos por la industria farmacéutica.
I+D. La posición de liderazgo del país dentro de Europa se ha reforzado con un fuerte crecimiento de la inversión: entre 2012 y 2022, la I+D farmacéutica aumentó un 74%, hasta alcanzar los 1.400 millones de euros, de los que 849 millones se destinaron específicamente a ensayos clínicos.
Talento. Los recortes que el Gobierno estadounidense ha empezado a aplicar a los fondos destinados a investigaciones científicas podrían llevar a algunos científicos a trasladarse a Europa. Esto plantea una oportunidad para España, que podría intentar atraer, mediante la implementación de políticas de incentivos, a parte de dicho talento.