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Elecciones presidenciales

Francia da un respiro a Europa con el triunfo de Macron

El duelo final será entre el centrista y la líder ultra Republicanos y socialistas han pedido el voto para Macron

Las elecciones presidenciales más imprevisibles en Francia desde el final de la Segunda Guerra Mundial han deparado hoy una tremenda sacudida para el mapa político del país, pero cierto alivio para el resto del continente. Francia, según los primeros datos del escrutinio, eligió al liberal Emmanuel Macron y a la ultraderechista Marine Le Pen como candidatos para la segunda vuelta, que se celebrará el próximo 7 de mayo. Con el 97% escrutado, Macron obtiene el 23,9% de los votos, frente al 21,4% de Le Pen.

El resultado supone un descalabro de los dos partidos tradicionales (populares y socialistas) y por primera vez ningún o de los dos logra pasar a la final.

Pero a efectos de la Unión Europea, la posible victoria de Macron, con el 23% según los primeros datos, puede suponer la llegada al Elíseo del único aspirante que durante la campaña ha defendido abiertamente y con entusiasmo la integración europea y que ha expresado su voluntad de entenderse con Berlín.

El Gobierno alemán se apresuró a felicitar a Macron. Y la Comisión Europea, que habitualmente mantiene la neutralidad y sólo felicita al vencedor de las elecciones, expresó su apoyo al candidato liberal y le deseó "buen ánimo para la siguiente etapa".

Macron se proclamó ante sus seguirdores vencedor de la primera vuelta y mostró su deseo "de ser vuestro Presidente dentro de 15 días". El antiguo ministro de Economía del presidente saliente, François Hollande, celebró que el electorado haya barrido "a los dos partidos que han Gobernado Francia durante los últimos 30 años". Y se comprometió, si llega al Elíseo, "a relanzar el proyecto europeo".

Enfrente tendrá, en la segunda vuelta, el discurso abiertamente anti-europeo de Marine Le Pen, quien ha asegurado tras conocerse el resultado que la "esta es al primera etapa para llevar a los franceses al Elíseo". Le Pen aseguró que el gran debate de la elección girará en torno "a una globalización salvaje que pone en peligro nuestra civilización".

El resultado de la líder del Frente Nacioinal (FN), situado por encima del 21%, se habría quedado lejos de las cifras que causaban pavor en gran parte de Europa. “Si Le Pen saca más del 30%, puede lograr incluso la victoria final”, pronosticaba un votante en el distrito de Créteil, al sureste de París.

La jornada electoral transcurrió sometida a una intensísima vigilancia policial y militar, ante el temor a nuevos atentados como el ocurrido el jueves en plenos Campos Elíseos, que dejó un policía muerto.

Una jornada marcada también por la incertidumbre de una campaña en la que hasta cuatro candidatos aparecían casi empatados en los sondeos previos a la apertura de las urnas: Macron, Le Pen, el conservador François Fillon (tercero, con un 19,9%) y el ultraizquierdista Jean-Luc Melenchon (cuarto, con 19,6%).

El sol brilló en casi todo el país y en torno al 78% de los 47 millones de inscritos acudieron a depositar su voto en un ambiente de fin de régimen que anticipa una profunda crisis en los partidos que han regido los destinos de Francia desde hace más de seis décadas.

El voto también adquirió una dimensión continental, con las principales capitales europeas pendientes de un resultado que se ha convertido en una suerte de plebiscito sobre la Unión Europea. Todo el club esperaba el veredicto del pueblo francés con casi tanta expectación e inquietud como en el referéndum del Reino Unido sobre el brexit, que en junio del año pasado inició la primera escisión de la UE.

En Francia, las aguas no han ido tan lejos, al menos de momento. Le Pen ha logrado pasar a la segunda vuelta con un programa que promete un referéndum sobre la salida del país de la UE y de la zona euro.

Pero el respaldo obtenido en esta primera vuelta, según los analistas, difícilmente le permitirá llegar al Elíseo.

Durante las dos próximas semanas, sin embargo, se augura una batalla encarnizada entre Macron y Le Pen para atraer a los votantes de los líderes eliminados. El socialista Benoît Hamon, cuyo partido, ahora en el poder, se habría hundido por debajo del 7%, anunció de manera inmediata su apoyo a Macron “para frenar a los enemigos de la República”.

Le Pen, por su parte, confía en atraer a parte del electorado de Fillon (que ayer respaldó a Macron) y espera contar con la desmovilización del voto de la Francia Insumisa de Melenchon. El líder de la izquierda, tras conocerse los dos finalistas, se negó a respaldar a Macron y trasladó esa decisión a las bases.

A priori, todo juega a favor del liberal Emmanuel Macron. La mayoría de los sondeos indican que el choque Le Pen-Macron es el menos favorable para la candidata del FN.

Macron se perfila así como el probable sucesor de Hollande. Si se conforma el pronóstico, se convertirá en el octavo presidente de la V República. A sus 39 años será la persona que ha llegado más joven al cargo. Y el primer presidente que no llega respaldado por uno de los dos partidos que vertebral la vida política francesa desde hace años.

Claves de una jornada de incertidumbre

La participación en la primera vuelta de las presidenciales francesas se situó en cotas elevadas. A las cinco de la tarde, se alcanzaba el 69,4%, sólo un punto por debajo del 70,5% de hace cinco años. Algunos sondeos habían pronosticado una mayor abstención, presunto reflejo de un hartazgo del electorado, lo que podría haber favorecido a la candidata del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen. Su padre, Jean-Marie Le Pen, logró en 2002 pasar a la segunda vuelta gracias, en parte, a la participación más baja en una primera vuelta desde 1965. La hija ha logrado pasar con una elevada participación, lo que parece indicar que el FN se ha convertido en una de las fuerzas ineludibles en Francia.

Por primera vez, el presidente saliente ni siquiera se ha presentado a la reelección, síntoma de la descomposición política que se ha vivido durante el quinquenio del socialista François Hollande (2012-2017). Tras la retirada de Hollande, las bases del Partido Socialista apostaron por Benoît Hamon, en detrimento del ex primer ministro Manuel Valls. Pero esa renovación sólo acentuó la división del partido, con una parte secundando al liberal Emmanuel Macron, incluidos Hollande y Valls.

La segunda vuelta dejará paso a las elecciones legislativas de junio. Y ninguno de los dos finalistas de las presidenciales, Emmanuel Macron y Marine Le Pen, cuentan de momento con apoyo en el Parlamento.

Macron creó su movimiento, En Marcha, hace sólo un año y en la anterior legislatura, por tanto, no contaba con ningún diputado. Y el Frente Nacional sólo cuenta ahora con dos escaños. Por primera vez, Francia podría acabar con un Presidente sin fuerza en el Parlamento. Macron podría intentar apoyarse socialistas y/o populares (ambos le dieron ayer su apoyo para las segunda vuelta).

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