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La UE, del revés

Del inesperado ‘brexit’ en 2016 al retorno del ‘grexit’ en 2017

La insostenibiidad de la deuda griega reabre el dilema entre condonación y salida del euro

Protestas de pensionistas en Atenas
Protestas de pensionistas en AtenasALKIS KONSTANTINIDIS (REUTERS)

El acrónimo brexit (Britain exit o salida del Reino Unido de la UE) se ha convertido en una de las palabras más populares del año que termina, pero parece condenada a competir en breve con el retorno del grexit (Greece exit o salida de Grecia de la Zona euro), que resurge tras sólo 18 meses después de su última aparición.

El principal defensor del grexit, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, vuelve a invocarlo como salida para el enésimo conflicto con Atenas en torno al rescate, provocado por la decisión de Alexis Tsipras de aprobar, sin consultar a los países acreedores de la Zona euro, una rebaja del IVA en las islas y un complemento a las pensiones más bajas.

La Comisión Europea confía en que el conflicto se resuelva con una teleconferencia del Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro) antes de fin de año. Y en que ese acuerdo permita encarrilar de nuevo el rescate y aguantar hasta 2018, para resolver entonces de manera tajante, una vez pasadas las elecciones en Alemania y Francia, el interminable problema de la deuda griega (177,4% del PIB del país en 2015, 30 puntos más que al comienzo de los rescates en 2010).

“Pero en política las cosas no suceden cuando uno quiere sino cuando la realidad está madura para que ocurran”, advierte una fuente del Eurogrupo que barrunta un estallido de la crisis griega durante los próximos meses. Y todo indica que la crisis griega madura o, más bien, se pudre por minutos.

La deuda griega es sumamente insostenible y, por muy importantes que sean las reformas estructurales, no será sostenible sin un alivio significativo de la deuda”, señala el FMI en un post el pasado lunes.

El FMI reclama a los países de la Zona euro que rebajen el objetivo de superávit fiscal de Atenas del 3,5% al 1,5% y que concedan una quita sustancial en la deuda. A cambio, pide a Grecia una rebaja de las pensiones porque, según el FMI, absorben el equivalente al 11% del PIB griego frente al 2,2% de media en la UE. Y una reforma del impuesto sobre la renta porque, según el organismo internacional, el 50% de los hogares griegos están exentos, frente al 5% de Irlanda, el 6% de Portugal o el 8% de promedio en Europa.

La tesis del FMI parece bien fundada, pero el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ya dejó claro en 2015 que la condonación de una parte de la deuda estaría supeditada a la salida de Grecia del euro.

La amenaza del grexit llegó a aparecer en el borrador de un documento del Eurogrupo en junio del año pasado, en el momento más álgido de la bronca entre el entonces ministro griego de Economía, Yanis Varoufakis, y sus acreedores europeos. Varoufakis llegó a ser expulsado del Eurogrupo, que se reunió sin él para preparar una potencial salida de Grecia del euro.

El ministro griego dimitió, Tsipras se resignó a un tercer rescate y el grexit desapareció temporalmente del mapa. Pero la situación vuelve a repetirse, con el agravante de que a Tsipras, el quinto primer ministro griego desde el comienzo de los rescates, cada vez le cuesta más contener la presión de la calle, y de que el calendario electoral europeo no facilita un acuerdo entre el ala dura de los acreedores (Holanda y Alemania, con elecciones generales en marzo y septiembre de 2017, respectivamente) y el ala blanda (Francia, con elecciones presidenciales y legislativas entre abril y junio).

El grexit, además, ha dejado de valorarse como el principio del fin del euro y empieza a vislumbrarse, al igual que el brexit, como un fin terrible pero inevitable a una relación tan deteriorada que resulta perjudicial para ambas partes.

Fuentes europeas reconocen que en la última reunión del Eurogrupo (5 de diciembre) el balance sobre la situación económica en Grecia fue “brutal” y se llegó a mencionar la posibilidad de una revuelta social.

De momento, el tercer rescate de Grecia (86.000 millones de euros para 2015-2018) parece ya tan fracasado como los dos anteriores, que entre 2010 y 2014 se tragaron 223.000 millones de euros más una quita a los inversores privados. Y aunque los mercados parecen tranquilos, el grexit ha ganado fuerza en cada regreso. Y esta vez pilla a todas las partes tan agotadas políticamente y tan hartas de la crisis griega que, tal vez, nadie tenga ganas ni fuerzas para frenarlo.

Veredicto europeo sobre las cláusuals suelo abusivas

El Tribunal de Justicia europeo se pronunciará el miércoles (21 de diciembre) sobre el reintegro total o no de las llamadas cláusulas suelo de las hipotecas que sean declaradas abusivas.

El Tribunal Supremo español falló el 9 de mayo de 2013 en favor de esa devolución. Pero limitó los efectos retroactivos del reintegro a la fecha de esa sentencia por temor a las repercusiones económicas en el sector bancario de unas cláusulas utilizadas de manera “endémica”, según losmagistrados. La devolución total de lo cobrado de más a los clientes podría suponer unos 5.000 millones de euros, según calculó el Banco de España.

Los recursos de varios particulares contra la limitación temporal (en casos que atañen a BBVA, BBK-Cajasur y Popular) han llegado hasta el Tribunal europeo vía consulta prejudicial cursada por juzgados de lo Mercantil de Granada y Alicante, que plantean la posible incompatibilidad de la decisión del Supremo con la directiva europea sobre protección del consumidor.

El caso resulta muy delicado para la instancia europea porque en caso de fallar a favor de la retroactividad no sólo podría desencadenar una tormenta financiera sino que estaría enmendado la jurisprudencia de una instancia tan elevada como el Tribunal Supremo.

El Abogado General de la corte europea discrepó en julio en parte con el Supremo pero recomendó que se aceptase su interpretación sobre el límite temporal de la devolución. Los jueces europeos dirán el miércoles su última palabra.

Y Apple, pendiente de un litigio del Santander

El Tribunal de Justicia europeo se pronunciará el miércoles sobre el litigio entre la Comisión Europea y varias empresas españolas por la amortización del fondo de comercio en las fusiones internacionales. La CE declaró esa medida ayuda de estado ilegal. Pero Santander y Autogrill lograron en primera instancia anular el dictamen de la CE, cuyo recurso se dirime esta semana. El caso ha ganado atención internacional porque se considera como un posible precedente para el dictamen de la CE contra Apple por ayudas fiscales en Irlanda. Si la CE gana el miércoles, Apple tendría más difícil su propio recurso.

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