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Linux vs Windows 10 ¿merece la pena tener un ordenador con software libre?

Hay tres sistemas operativos -principales- por los que podemos optar en un ordenador: Linux, Mac y Windows. No obstante, el de Mac queda reservado únicamente a ordenadores fabricados por Apple, luego nos queda la opción de utilizar una distribución de Linux, o una versión de Windows, en la mayoría de los ordenadores. Y las diferencias son importantes, desde el proceso de instalación hasta la compatibilidad de software, siempre pasando también por la seguridad que presta cada sistema operativo.

Las diferentes distribuciones de Linux, siendo Ubuntu una de las más populares, se caracterizan por ser software libre y, por tanto, la mayoría de ellas completamente gratuitas. Una importante ventaja si compramos un ordenador nuevo por componentes, o montado, y queremos ahorrar el coste de una licencia de Windows 10. Ahora bien, otra de las claves es que se trata de sistemas operativos que destacan por su robustez, herencia de UNIX.

En Linux están disponibles programas alternativos completamente gratuitos

Desde el plano de la compatibilidad de software y programas, lo cierto es que la mayoría de las aplicaciones más populares están disponibles para Windows 10. Sin embargo, para las distribuciones Linux encontramos alternativas que cumplen con sus funciones, como es el caso de GIMP con respecto a Photoshop, por ejemplo. Además, las herramientas en cloud han solucionado este problema, y podemos recurrir por ejemplo a la suite de ofimática de Google Drive, en lugar de Microsoft Office, y sin coste alguno.

Otro aspecto importante es que es configurable al cien por cien, y mantiene una seguridad notablemente superior a la de Windows 10 y versiones anteriores de Microsoft. ¿Por qué? Porque el código fuente del sistema operativo está al alcance de cualquiera, y no sólo puede ser explorado sino también adaptado en base a las amenazas de malware para evitar infecciones de otros usuarios.

Estas ventajas anteriores son las que pueden llevar a un usuario a instalar Linux, en lugar de Windows 10, en sus ordenadores. Y es que, aunque algunas distribuciones son más complicadas, un claro ejemplo de sencillez es Ubuntu, que desde su interfaz del sistema ya recuerda perfectamente a Windows 10, y cuenta con instalador de aplicaciones y otras herramientas para hacerlo más cómodo a los usuarios más inexpertos.

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