Samsung fabricará chips para Apple en poco tiempo, y lo hará con una gran sorpresa
Según las informaciones que se tienen, el proceso en cuestión podría realizarse en Estados Unidos.


En un giro inesperado, se ha conocido una nueva colaboración entre Apple y Samsung para la fabricación de chips destinados a sus productos, incluidos los iPhone. Esta alianza, que se materializará en la planta de Samsung en Austin, Texas, forma parte de una inversión de 100.000 millones de dólares que la firma de Cupertino destinará a reforzar su presencia industrial en Estados Unidos durante los próximos cuatro años.
Un acuerdo con historia
Aunque pueda parecer sorprendente que Apple confíe en Samsung para un componente tan crítico como los chips, lo cierto es que ambas compañías tienen una larga trayectoria de sinergias. Un ejemplo es que Samsung fue el fabricante original de los chips de la serie A de Apple -desde el A4 del iPhone 4 hasta el A9 del iPhone 6s-. Sin embargo, desde el A10 Fusion en adelante, la firma liderada por Tim Cook trasladó la producción de sus procesadores móviles a TSMC, buscando mayor eficiencia y control sobre el diseño.
A pesar de esta separación en la fabricación de procesadores, Samsung ha seguido siendo un proveedor clave para Apple en otros componentes como pantallas OLED, memoria RAM y almacenamiento NAND. Esta nueva colaboración, sin embargo, marca un regreso de la marca coreana al corazón del hardware de Apple, aunque no necesariamente en el diseño de los chips A-series.
¿Qué tipo de chips fabricará Samsung?
Apple ha sido ambigua en su comunicado, afirmando que la planta de Austin “suministrará chips que optimizan la potencia y el rendimiento de los productos Apple, incluidos los dispositivos iPhone”. No se ha especificado si estos componentes serán procesadores principales, coprocesadores, sensores o componentes auxiliares.
Según fuentes como Korea JoongAng Daily y TrendForce, todo apunta a que Samsung adicionalmente también fabricará sensores de imagen ISOCELL para los futuros iPhone, posiblemente el iPhone 18. Esta decisión permitiría a Apple diversificar su cadena de suministro, que hasta ahora dependía exclusivamente de Sony para los sensores de cámara. En 2024, Sony dominaba más del 50% del mercado global de sensores de imagen, mientras que Samsung ocupaba el segundo lugar con un 15,4%.
Tecnología innovadora en suelo estadounidense
Uno de los aspectos más llamativos del acuerdo es que Apple y Samsung están trabajando en una “tecnología innovadora para la fabricación de chips, que nunca se ha utilizado antes en ninguna parte del mundo”. Aunque no se han revelado detalles técnicos, esta tecnología se implementará por primera vez en la planta de Austin, lo que refuerza el compromiso de Apple con la producción nacional y la reducción de dependencia de Asia.
Este movimiento también responde a presiones geopolíticas y económicas. La inversión de Apple busca evitar posibles aranceles y asegurar una cadena de suministro más resiliente frente a tensiones internacionales. Además, Samsung ha firmado recientemente un acuerdo de 16.500 millones de dólares con Tesla para fabricar chips de conducción autónoma en la misma planta texana.
¿Qué significa esto para el futuro del iPhone?
Aunque no hay indicios de que Samsung vuelva a fabricar los chips de la gama A que utilizan los iPhone -Apple ya tiene previsto usar el proceso de tres nanómetros de TSMC para sus futuros A19 y A19 Pro-, la colaboración podría tener implicaciones importantes en otros aspectos del rendimiento del dispositivo.

Los sensores de imagen, por su lado, son cada vez más relevantes en la experiencia del usuario. La calidad fotográfica se ha convertido en uno de los principales factores de diferenciación entre modelos de gama alta, y Apple podría estar buscando una ventaja competitiva al adoptar los sensores ISOCELL de Samsung, conocidos por su eficiencia energética y capacidad de capturar detalles en condiciones de baja luz.
Para Samsung, este acuerdo representa una oportunidad de oro para reducir potenciar su división de semiconductores, algo importante teniendo en cuenta la demanda global a diferentes fabricantes de hardware. Con clientes como Apple y Tesla, la planta de Austin se convierte en un eje estratégico para el futuro de la compañía surcoreana.

