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Shadow AI y otros peligros de la inteligencia artificial en empresas

Mucho cuidado con los chatbots en el trabajo

La inteligencia artificial ha llegado para quedarse, y lo cierto es que nos hace la vida más fácil. De ahí que cada vez más empresas y pequeños negocios apuesten por la IA en sus operaciones diarias.

Pero, si bien es cierto que la inteligencia artificial ha revolucionado la forma de trabajar en muchas empresas, también esconde serios peligros. O esto es lo que se desprende del último informe sobre inteligencia artificial publicado por Panda Security y donde deja claro que no todo son ventajas.

La IA tiene muchas ventajas, pero también peligros

Como hemos dicho, es cierto que chatbots como ChatGPT son un compañero de trabajo ideal. Este tipo de soluciones ayudan en todo tipo de tareas. Sencillamente, cualquier chatbot agiliza tareas, mejora la productividad y, en general, permite hacer más con menos. Pero el uso de la IA sin control puede abrir la puerta a errores costosos, filtraciones de datos y hasta riesgos legales.

Y lo peor es que muchas veces estos peligros pasan desapercibidos… hasta que ya es tarde. Uno de los riesgos más frecuentes es lo que se conoce como Shadow AI. Es decir, cuando los empleados utilizan herramientas de inteligencia artificial por su cuenta, sin que la empresa lo sepa ni haya dado luz verde.

A veces, todo empieza con algo tan inocente como copiar el borrador de un correo a ChatGPT para pulirlo antes de enviarlo. ¿El problema? Que en ese texto pueden ir datos sensibles, información de clientes o estrategias internas. Y una vez compartido en una IA externa, se pierde el control sobre esa información.

A esto se suma otro fenómeno preocupante: la dependencia excesiva. Hay empleados que ya no conciben su jornada sin preguntar a la IA qué hacer o cómo hacerlo. Un problema que puede acabar erosionando el pensamiento crítico y la creatividad, además de generar contenidos genéricos, sin alma y, en algunos casos, sin respetar los derechos de autor.

Por si no fuera suficiente, las PYMEs se enfrentan a riesgos técnicos relacionados con el uso excesivo de inteligencias artificiales. Hablamos de integraciones mal hechas, APIs sin auditar, inputs manipulados con fines maliciosos, datos entrenados con sesgos… Todo eso puede convertirse en un agujero de seguridad para la empresa.

Y si además se usan plataformas poco conocidas o no verificadas, el cóctel se complica todavía más: malware, fugas de datos o incluso bloqueos de servicio. En resumen, la IA es un a herramienta de trabajo muy útil, pero las PYMES deben utilizar este tipo de chatbots con mesura, y con un gran control sobre la información que los empleados comparten.

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