La gamificación también funciona en la universidad con herramientas como Kahoot!
Los beneficios de aprender divirtiéndose quedan claros en un estudio de la Universidad Politécnica a la hora de mejorar los resultados en las carreras universitarias.


Aprender es más que memorizar apuntes o preparar exámenes. Así lo demuestra un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que ha analizado durante cinco años el impacto de la gamificación en estudiantes universitarios a través del uso de KAHOOT, una plataforma de aprendizaje basada en la dinámica del juego.
Los resultados, publicados en la revista científica Education and Information Technologies, muestran que los alumnos que incorporaron actividades gamificadas a su rutina académica no solo mejoraron su rendimiento, sino que también mantuvieron una constancia de estudio más sólida a lo largo del tiempo. Esto confirma que, cuando la enseñanza se combina con diversión y participación activa, el aprendizaje se vuelve más significativo -incluso en titulaciones exigentes como Ingeniería Industrial-.
Qué es exactamente la gamificación
La gamificación consiste en utilizar elementos y dinámicas de juego en contextos que no son estrictamente lúdicos, como puede ser la educación universitaria. Se trata de introducir mecánicas propias de los videojuegos -puntos, niveles, clasificaciones o recompensas- en procesos de aprendizaje con el fin de aumentar la motivación, la participación y, en consecuencia, la retención del conocimiento.

No se trata de jugar por jugar, sino de transformar la manera en la que los estudiantes se enfrentan a los contenidos académicos. La gamificación convierte las clases en espacios activos, en los que los alumnos compiten amistosamente, colaboran y se implican en lo que están aprendiendo. Y, esto último, es la clave de su éxito: el estudiante deja de ser un receptor pasivo para transformarse en protagonista del proceso educativo.
Más allá de la educación primaria
Hasta hace poco, las herramientas de gamificación se utilizaban principalmente en las etapas de educación infantil y primaria. Sin embargo, el estudio de la Universidad Politécnica de Madrid demuestra que su efectividad no se limita a esos niveles. En carreras complejas y con alta carga teórica, el aprendizaje interactivo puede ser un recurso determinante para mejorar los resultados globales.
Entre las plataformas más conocidas en este ámbito se encuentra Kahoot!, una herramienta gratuita en su versión básica que permite crear cuestionarios interactivos y participativos. Su funcionamiento es sencillo: el profesor plantea preguntas tipo test en pantalla, y los alumnos responden desde sus dispositivos móviles o portátiles. Los resultados aparecen de inmediato, lo que fomenta la competencia sana y la revisión instantánea de errores.
Un estudio que avala los resultados
Durante cinco años, el equipo de investigación de la Universidad Politécnica de Madrid evaluó el desempeño de un millar de estudiantes de Ingeniería Industrial que incorporaron Kahoot! en sus sesiones lectivas semanales. Las pruebas se realizaron a lo largo de 14 semanas consecutivas. En cada clase, los profesores proponían una serie de cuestionarios al inicio o al final de la sesión, con preguntas centradas en los temas estudiados la semana anterior.
Este método tenía un doble propósito: por un lado, permitir a los estudiantes repasar contenidos de manera dinámica, y por otro, ofrecer a los docentes información directa y en tiempo real sobre el grado de comprensión de la clase. El resultado fue claro: aquellos alumnos que participaron regularmente en las actividades gamificadas mejoraron sus notas finales en comparación con quienes no lo hicieron.
Además, el uso sistemático de Kahoot! incrementó la asistencia a clase, favoreció la puntualidad y, sobre todo, fortaleció el vínculo entre profesor y estudiante. Gracias al carácter inmediato de la herramienta, ambos podían identificar al instante qué temas necesitaban refuerzo, creando un ciclo continuo de mejora y aprendizaje colaborativo.

Los propios alumnos de la UPM valoraron de forma muy positiva el uso de la gamificación en su formación. Muchos señalaron que, gracias a este método, pudieron seguir mejor el ritmo de las clases y sentirse más motivados para mantener el temario al día. El aprendizaje dejó de percibirse como una carga para transformarse en una experiencia más participativa y dinámica.
El éxito del estudio de la UPM apunta hacia una tendencia que seguirá creciendo: integrar la tecnología y el juego en la enseñanza universitaria. La gamificación con plataformas como Kahoot! se consolida como una respuesta efectiva a la falta de motivación y al aprendizaje memorístico tradicional.

