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NASA y Google colaboran para crear un asistente médico para las misiones espaciales

Este trabajo es muy importante de cara al futuro a la hora de gestionar los viajes avanzados tanto a la Luna como, potencialmente, a Marte.

Astronauta con su escafandra puesta
Iván Martín Barbero

La exploración espacial está entrando en una nueva era, eso está bastante claro, y con ella surgen desafíos que van mucho más allá de la ingeniería o la navegación. Uno de los más críticos es la salud de los astronautas durante misiones prolongadas en destinos tan lejanos como la Luna o Marte. Ante esta realidad, NASA ha unido fuerzas con Google para desarrollar una solución pionera: un asistente médico digital basado en inteligencia artificial que podría convertirse en el doctor de a bordo.

Un objetivo con todo el sentido del mundo

Actualmente, los astronautas que viajan a la Estación Espacial Internacional (ISS) reciben formación básica en primeros auxilios; administración de medicamentos; cuidados de heridas; intubación; y otras técnicas médicas esenciales. Sin embargo, estas habilidades pueden resultar insuficientes cuando se trata de misiones que se alejan cientos de miles o incluso millones de kilómetros de la Tierra, donde la comunicación con los equipos médicos terrestres puede sufrir retrasos de hasta 45 minutos o ser directamente inviable.

Con este panorama en mente, NASA y Google han iniciado una colaboración estratégica para desarrollar el Crew Medical Officer Digital Assistant (CMO-DA), un sistema de apoyo clínico automatizado que utiliza inteligencia artificial para asistir a los astronautas en la gestión de su salud de forma autónoma. Este asistente digital está diseñado para ofrecer diagnósticos y recomendaciones de tratamiento en tiempo real, incluso en situaciones donde no hay contacto directo con expertos médicos en la Tierra.

Astronauta en la Luna

El CMO-DA se basa en tecnologías avanzadas de procesamiento de lenguaje natural y aprendizaje automático, y ha sido entrenado con literatura médica especializada en medicina espacial. Su interfaz multimodal, además, permite a los astronautas interactuar mediante voz, texto e incluso imágenes, lo que facilita su uso en condiciones de microgravedad y entornos extremos.

Las pruebas de la NASA y Google ya han comenzado

Los primeros ensayos del sistema han sido prometedores. En simulaciones médicas que incluían dolencias como esguinces de tobillo, dolor abdominal y otitis, el asistente logró tasas de diagnóstico acertadas entre el 74% y el 88%, según evaluaciones realizadas por médicos y astronautas utilizando estándares clínicos como el Objective Structured Clinical Examination (OSCE).

Este avance tecnológico forma parte de los preparativos para el programa Artemis de NASA, que tiene como objetivo establecer una presencia humana sostenida en la Luna y, eventualmente, llevar a cabo misiones tripuladas a Marte. En este contexto, contar con un sistema médico autónomo a bordo no solo es deseable, sino esencial. Las misiones de las que hablamos contemplan estancias prolongadas en la superficie lunar o en estaciones orbitales, donde la autosuficiencia médica será clave para la seguridad de la tripulación.

El desarrollo del CMO-DA se está llevando a cabo en la plataforma Vertex AI de Google Cloud, lo que permite una evolución constante del sistema mediante actualizaciones y entrenamiento de modelos. La NASA mantiene la propiedad del código fuente y participa activamente en la mejora de los algoritmos, en colaboración con expertos médicos y tecnológicos. Las próximas versiones del asistente incorporarán datos en tiempo real de dispositivos médicos a bordo, como escáneres y monitores de signos vitales, y serán capaces de adaptar sus recomendaciones a factores específicos del entorno espacial, como la microgravedad o la exposición a radiación.

Astronauta volando en el espacio

Diferentes usos de este médico autónomo

Además de su aplicación en el espacio, el potencial del CMO-DA va más allá. Google y NASA consideran que esta tecnología podría adaptarse para ofrecer atención médica en zonas remotas de la Tierra, como regiones afectadas por desastres naturales o comunidades sin acceso a profesionales sanitarios. La capacidad del asistente para analizar síntomas y ofrecer recomendaciones basadas en datos lo convierte en una herramienta valiosa también para contextos terrestres donde la asistencia médica es limitada.

Este proyecto representa un hito en la convergencia entre medicina, inteligencia artificial y exploración espacial. Este avance es una nueva forma de entender la atención sanitaria en contextos extremos. En palabras de David Cruley, ingeniero de Google Public Sector, “el éxito de este asistente en misiones espaciales podría acelerar la adopción de herramientas similares en la medicina terrestre, mejorando el acceso a cuidados en lugares donde hoy no llegan los profesionales”.

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