Interstellar más cerca gracias al motor helicoidal y su 99% de velocidad de la luz
El concepto teórico es obra de un ingeniero de la NASA.
Muchos científicos llevan años explorando el espacio buscando, entre otras cosas, nuevos planetas habitables por si algún día este que tenemos pasa a mejor vida. Pero existe un problema fundamental: y es que las distancias en el espacio son tan gigantescas que, o buscamos una forma de propulsarnos increíblemente rápida, o no será posible nunca llegar hasta esas zonas habitables del Universo.
Así que esta noticia es como un primer paso para el futuro de la Humanidad porque, sobre el papel, estamos ante el primer concepto teórico que permitiría a una nave espacial desplazarse por el espacio a un 99% de la velocidad de la luz, es decir, a unos 297.000 kilómetros por segundo. Y todo aplicando unos principios de la física que, aparentemente, parecen imposibles.
Un ingeniero de la NASA, tras el invento
Ha sido un ingeniero de la NASA, David Burns, el que ha dado forma a este concepto del motor helicoidal que fundamenta gran parte de su éxito en la famosa Teoría de la Relatividad General de Einstein, que afirma (simplificando mucho) que la masa de un objeto aumenta con su velocidad.
El motor helicoidal se aleja por completo del concepto que tenemos de propulsor tradicional que se viene utilizando en astronáutica para lanzar los famosos cohetes espaciales desde hace casi 70 años. Este ingenio lo que propone es crear un acelerador de partículas que realice un movimiento helicoidal de tal forma que las partículas aumenten su masa provocando aceleración, y se frenen cuando se encuentran en el lado contrario del sistema para volver de nuevo a coger masa y retornar al punto original.
En el gráfico que tenéis arriba podéis ver a la izquierda cómo ganarían masa las partículas del motor helicoidal provocando la aceleración y a la derecha, cómo al ralentizarse antes de volver a acelerar la pierden. Ese ciclo constante permitiría a los ingenios equipados con este motor impulsar a una velocidad del 99% de la velocidad de la luz que, redondeando, es de 300.000 kilómetros por segundo. Una cantidad que asciende a 1.080.000.000 kilómetros a la hora.
¿Os parece mucho? El planeta habitable más cercano a la Tierra sería Próxima Centauri B, que se encuentra a 4,27 años luz. y si tenemos en cuenta que en ese tiempo hay que recorrer 9.460.730.472.580,8 kilómetros
Este planteamiento es radicalmente distinto a los muchos que se han venido realizando en los últimos años y que encontraban en el almacenamiento de combustible, o la cantidad de energía necesaria para impulsar un motor a esas velocidades, como su principal imposible. Ahora, no solo estamos ante un concepto que ha superado las barreras teóricas sino que podría ser aplicado en los próximos años.