Así puedes proteger tus correos con el modo confidencial de Gmail
Pon límites al uso de tus mensajes y archivos adjuntos.
Es cierto que muchas veces enviamos correo electrónicos y pensamos que ojalá pudiéramos añadir alguna capa de seguridad para cerciorarnos de que quien lo recibe, del que no nos fiamos ni un pelo, no pueda hacer con esa información lo que le apetezca. Y por suerte, Gmail tiene un modo parecido que, aunque no es un blindaje total, sí puede servir para ponerles las cosas más complicadas.
Se llama modo confidencial de Gmail y básicamente permite condicionar el uso que hará el receptor de todo lo que enviemos. Bueno, y si es al revés, que nos remiten un mensaje con esas restricciones, pues también nos quedará claro que quien lo envía no quiere que lo compartamos demasiado o que no hagamos nada más que leerlo y darnos por enterados.
Fácil de configurar
Lo primero que debéis saber es que este modo confidencial no condiciona el normal funcionamiento de vuestro Gmail a diario. Es decir, que solo se activa cuando decidimos que un mensaje que vamos a redactar debe llevar esas medidas extra de seguridad. Para hacerlo, tenéis que crear un mensaje nuevo y, a la derecha del botón Enviar (hemos destacado el icono en un cuadrado blanco), pulsar el activador de ese modo confidencial.
Veréis que aparece una ventana en primer plano y ahí podéis ir añadiendo capas de seguridad a vuestro mensaje. Por ejemplo, por el mero hecho de activar este método de envío, se impedirá la impresión, copia, descarga y opciones para compartir el mensaje o sus archivos adjuntos. Lo que no está nada mal.
Pero además de lo anterior, es posible poner una fecha de caducidad al mensaje, con periodos que nosotros podemos decidir. Además, está la opción de los SMS. Aquí hay que decir que esta posibilidad está diseñada para aquellos emails que enviemos fuera de Gmail, para que solo puedan abrirlo con el password que les llegará por SMS al número de teléfono que nosotros indiquemos.
Por último un detalle importante: en cualquier momento podremos quitar el acceso a ese correo electrónico confidencial desde nuestra bandeja de Enviados de Gmail. De esta forma mantenemos el control total sobre el mensaje, incluso una vez que haya partido de nuestra bandeja de salida, por lo que si vemos movimientos sospechosos, o cosas que no nos gustan de nuestro receptor, podemos retirar las credenciales en cualquier momento y así descuidamos.