Dentro de muy poco Alexa sabrá si estás triste o alegre
El proyecto forma parte de una investigación que lleva años en desarrollo.
Lo que diferencia esta revolución tecnológica que vivimos respecto de otras anteriores no es tanto la presencia de todo tipo de dispositivos a nuestro alrededor que llevan (mejores o peores) muchos años acompañándonos, como que ahora esas cámaras, micrófonos y procesadores que dan vida a sistemas informáticos, comienzan a ser conscientes de lo que ven, oyen e interpretan.
Es ese big data, esa inteligencia artificial o como queráis llamarla, la que lo está cambiando todo radicalmente poniendo en manos de algunas compañías un poder ilimitado, vinculado siempre a esos cientos de miles de millones de datos diarios que les regalamos cada vez que usamos el ordenador, el móvil, la tablet, etc.
Triste, feliz o apagado
El caso es que el responsable de este salto cualitativo que va a dar Amazon con su asistente Alexa tiene un nombre, el de Rohit Prasad, un experto en la materia que ya trabajó hace más de una década al lado de la famosa DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa) norteamericana, en un intento por prevenir a los veteranos que volvían de las guerras de Irak, y después Afganistan, de posibles situaciones de depresión que posteriormente acababan en suicidio.
Esa agencia invirtió muchos millones de dólares y ahora Prasad está trabajando con Amazon en un proyecto similar que pronto podría tener forma y nombre. Según detalla Bloomberg, los de Jeff Bezos están trabajando en un asistente que puede detectar cuál es nuestro estado anímico y el de todas las personas que nos rodean. Imaginad por un momento una situación así...
– Cariño, ¿estás enfadado?
– ¡Qué va, para nada!
– Alexa, ¿cuál es el estado anímico de (pon tú el nombre)?
– "El estado anímico de (pon tú el nombre) es de enfado e ira"
¿Pueden medirse las emociones?
¿Realmente puede un dispositivo llegar a saber tanto de nosotros? La realidad es que sí, porque todas las emociones son medibles y cuantificables en función de tres parámetros muy concretos, según Chao Wang, gerente senior de ciencias aplicadas de Amazon Alexa. "La emoción se puede describir directamente mediante valores numéricos a lo largo de tres dimensiones: valencia, que habla de la positividad [o negatividad] de la emoción, activación, que es la energía de la emoción, y luego la dominancia, que es el impacto controlador de la emoción".
Pero claro, todos estos datos parten de una secuencia de voz, de una onda. Así que para llegar a la conclusión de cómo nos sentimos, Alexa tendrá que "asignar una secuencia de vectores que alimentará a una red neuronal" que será la encargada de clasificar la emoción y predecir nuestra ira, felicidad o tristeza. Y ya que estamos, ¿creéis que la conversación de más arriba acaba bien o mal?
