El lector de huellas de tu móvil no es tan seguro como creías
Los fabricantes de teléfonos inteligentes, cada vez más y en gamas más bajas, apuestan en su mayoría por el lector de huellas dactilares para garantizar la seguridad de los datos que almacenan sus terminales. Una característica técnica que, aunque llegó anteriormente en terminales aislados, arrancó su popularización con el lanzamiento del iPhone 5s, que dentro de los terminales de Apple estrenaba lo que actualmente se mantiene bajo el nombre Touch ID y, no obstante, se ha ido mejorando con cada actualización de las nuevas generaciones.
Lo han descubierto en la Universidad de Michigan, que sólo es necesaria una impresora doméstica de tinta, y tinta específica -como explica MovilZona- para, con un presupuesto de apenas 450 euros por todo el conjunto, poner en jaque la seguridad de un sensor de huellas dactilares. Básicamente, se trata de escanear la huella con la máxima precisión posible, de ahí que se hable de una impresora tinta de gama media o alta, y usar tinta conductora planteada, así como tinta negra 'estándar', para hacer una copia de nuestra huella dactilar.
Con esta huella escaneada, impresa con tinta específica y en papel especial, es tan sencillo como pulsar la tecla home de uno de estos teléfonos inteligentes protegidos con sensor de huellas dactilares y, con ello, conseguir acceso a todos sus archivos internos. No obstante, el dato positivo es que no todos los terminales son igual de vulnerables a este importante agujero de seguridad. Se han probado varios equipos, entre ellos de Huawei y Samsung, y no en todos los casos se ha conseguido el acceso con la misma facilidad.
Por otro lado, y es otro dato a tener en cuenta, se ha podido comprobar también que los terminales más recientes son los más difíciles de desbloquear siguiendo este método. En cualquier caso, esto se suma al hecho de que la mayoría de impresoras que se comercializan actualmente utilizan tecnología láser. Esto, y que además los paquetes de tinta que se requieren no son fácilmente accesibles, además de que no son económicos. No obstante, sí pone de manifiesto que es relativamente sencillo vulnerar un sensor de huellas dactilares y, por lo tanto, confiar nuestros datos bancarios a esta tecnología no es, como en muchos otros casos, una garantía de nada.
