Olvídate de los megapíxeles, de esto depende una buena fotografía
No importa si hablamos de teléfonos inteligentes, de tabletas, de videocámaras deportivas tipo GoPro o de cámaras de fotografías especializadas. El primer dato -y a veces el único- que vas a ver en el resumen de sus especificaciones técnicas son los megapíxeles. Y aunque es un tema que se ha tratado en centenares de ocasiones, muchos usuarios siguen pensando que de los megapíxeles depende la calidad de las fotografías que es capaz de hacer una cámara. No es verdad.
Los megapíxeles no nos dicen absolutamente nada (de calidad)
Un valor numérico, los megapíxeles, que encabezan las especificaciones técnicas de la mayoría de dispositivos capaces de hacer fotos. Este valor nos indica el tamaño del sensor, la cantidad de puntos del sensor y, por tanto, la resolución máxima. Ahora bien, lo que define la calidad de una fotografía es el color, la luz, el contraste, la compresión y otros muchos valores que poco -o absolutamente nada- tienen que ver con los megapíxeles.
Respuesta corta: una buena foto depende de la luz
Si consultas con cualquier fotógrafo profesional, la respuesta no da lugar a dudas: la calidad depende de la luz. Quiere esto decir que, aunque tengamos la mejor cámara del mercado, con el mejor sensor y las mejores lentes en su objetivo, así como el procesador más potente y "todo eso", sin un buen tratado o uso de la luz no vamos a conseguir más que lo que es capaz de sacar un buen fotógrafo de la sencilla cámara de un móvil.
De la realidad a tu pantalla, cómo se produce una fotografía digital
Hay tres componentes fundamentales que debemos contemplar para comprender esto: objetivo, sensor y procesador. La luz pasa, por así decirlo, a través de las lentes del objetivo para ser captada por el sensor, donde están esos millones de píxeles preparados para captar la información y enviar los datos al procesador de imagen. El procesador de imagen es el responsable de convertir estos datos en una imagen al uso, lo que podemos ver en la pantalla.
Por lo tanto, de los componentes que depende realmente la calidad de una fotografía es de estos tres, y de las especificaciones técnicas de cada uno de ellos. En cuanto a los megapíxeles, sólo reflejan el tamaño físico de la fotografía, y lo que nos va a permitir un sensor de más megapíxeles es, única y exclusivamente, ampliar la fotografía sin perder calidad, una vez la hemos hecho ya.
Olvídate de los megapíxeles, de esto depende una foto de calidad
Teniendo claro que la calidad de nuestras fotografías depende de la luz, y de cómo se comportan los componentes anteriores, debemos siempre atender a las especificaciones de un objetivo y sus lentes. Así, hablaremos de la apertura para conocer en qué medida permite el paso de luz en cuanto a los valores máximos y mínimos, o en caso de que sea un objetivo fijo, el único valor f/x.x. Por otro lado, es importante el tipo de sensor y el tamaño de los píxeles, aunque no tan relevante la cantidad de los mismos. En último lugar, como ya adelantábamos, debemos prestar atención al procesador de imagen, puesto que será el que traduzca estas señales en la información que vamos a visualizar en pantalla, y el que aplique posibles compresiones sobre el archivo y su correspondiente pérdida de calidad
Si hablamos de un teléfono inteligente o una tableta, así como de videocámaras deportivas tipo GoPro, hablamos también de objetivos fijos. En este caso tenemos una apertura invariable de la que depende el paso de luz hasta el sensor, y no contamos con zoom óptico por lo general. Lo que sí tenemos es la posibilidad de varias la exposición, donde es crucial contar con estabilizador óptico de imagen o utilizar un trípode para suplir esta carencia.
En cuanto a las tomas sin luz natural, siempre es recomendable utilizar una fuente de iluminación externa como pueda ser un flash de mano, aunque los dispositivos más recientes cuentan ya con interesantes flash de doble tono, lo que permite aplicar una correción en la desviación de colores. Estos flash, como sabréis, se componen de un LED cálido y otro frío, y se ajustan de forma automática en intensidad para lograr colores que se ajusten a la realidad de la toma.