_
_
_
_
Si te han regalado una cámara réflex, echa un vistazo a estos consejos para mantenerla limpia

Cuidados básicos y limpieza de una cámara réflex

La fotografía es uno de las aficiones más bonitas que podemos encontrar aunque eso sí, tenemos que tener en cuenta muchos cuidados para disfrutar de nuestra cámara durante bastante tiempo –más aun teniendo en cuenta el precio de algunos cuerpos y sobre todo, de los objetivos-. Si te han regalado una cámara réflex durante las últimas fiestas, ten en cuenta los siguientes consejos para conseguir que funcione durante años y años como si del primer día se tratara.

¿Cómo debemos guardar la cámara?

Lo primero de todo es guardar la cámara mientras no la utilizamos y una de las mejores formas es utilizar una bolsa o mochila especialmente diseñada para cámaras ya que evitará la humedad y la posible suciedad que pueda entrar en alguna parte de éstas. Además de conseguir esto, también nos ayudará a transportarla más fácilmente, sobre todo si tenemos que andar grandes distancias ya que así evitamos que la cámara o los objetivos estén sueltos y puedan dañarse.

Por otra parte, es altamente recomendable utilizar correas, ya sea en el cuello o en nuestra muñeca, a la hora de tomar fotografías. De esta forma evitaremos que se caiga, el peor problema que puede sucederle a una cámara. Eso sí, tendremos que evitar que ésta “baile” excesivamente y pueda golpearse con algún objeto de nuestro alrededor.

Las baterías, un componente fundamental

Aunque muchos usuarios no las tengan en cuenta, las baterías también deben ser cuidadas. Para ello lo mejor es guardarlas en alguna funda (en el caso de segundas baterías, claro), sobre todo si la cámara no va a ser encendida en un largo periodo de tiempo. Lo demás, es bastante obvio y coincide con los cuidados de la batería de un smartphone: evitar golpes y temperaturas extremas, ya sean bajas o altas, ya que harán mal funcionar el dispositivo.

Al cambiar el objetivo, cuidado con la posición de la réflex

Algunos recién iniciados realmente no saben cómo deben cambiar un objetivo (o incorporar el que viene con la propia cámara). Debemos tener en cuenta que debemos realizar el montaje o cambio en un entorno con el menor polvo ambiental posible y con el cuerpo de la cámara mirando hacia abajo –o, al menos, inclinado hacia abajo- de forma que evitemos que caigan motas de polvo o suciedad en el sensor. Además, trataremos de tenerlo descubierto el menor tiempo posible ya que el cambio debe ser preciso y rápido, aunque eso sí, evitaremos las “prisas” pues podemos dañar algún engranaje o golpear el sensor fuertemente, provocando problemas que podrían costar cientos de euros arreglar.

Limpieza del cuerpo interno de una réflex

¿Quieres saber si tu réflex necesita una limpieza interna? Lo más fácil para comprobarlo es utilizar un número f alto (es decir, cerrar el diafragma lo máximo posible) y hacer una foto a una textura plana, como el cielo o una pared. En el caso de que el sensor esté sucio en la fotografía aparecerán algunas manchas que oscurecen la toma, signo de que debemos limpiarla.

Como ya sabemos, la óptica del interior de la cámara es muy delicada, por lo que debemos tener un especial cuidado aunque en realidad el proceso es muy sencillo –aunque si no estás del todo seguro, lo mejor es acudir a un especialista para que realice el procedimiento correctamente-. Los pasos son los siguientes:

1) Retirar el objetivo y poner la tapa: Esta tapa viene con la propia réflex y está diseñada para poder llevar el cuerpo sin objetivo.

2) Activar el modo limpieza del sensor: Todas las cámaras cuentan en su menú con una opción similar a “Limpieza del sensor”, lo que bloqueará el mecanismo interior para facilitar el acceso y sobre todo su limpieza, evitando que entre aún más polvo.

3) Retirar la tapa y comenzar con el soplado: Apuntaremos la cámara hacia el suelo y retiraremos la tapa para comenzar a soplar. Obviamente no se trata de soplar con nuestra boca sino de utilizar una herramienta especial, como una pera limpiadora que podemos encontrar en cualquier tienda online como Amazon por un módico precio. Ésta nos ayudará a llegar a los rincones del cuerpo sin necesidad de acercarnos excesivamente al propio sensor para no golpearlo. Recorreremos los cuatro lados del rectángulo que podemos ver a simple vista y listo, las motas de polvo habrán desaparecido. En el caso de que se trate de una mancha de grasa o algo que no se elimina con un simple soplado, una buena opción será la compra de un líquido y bastoncillo especiales para estas limpiezas, que tendremos que humedecer ligeramente.

4) Colocar la tapa y bajar el espejo: Cuando hayamos terminado de soplar, volveremos a colocar la tapa y bajaremos el espejo. Esto último lo realizará la cámara automáticamente al apagarla (es lo más normal), aunque lo mejor es consultar el manual y comprobar cómo volver a la posición inicial.

Archivado En

_
_