La batalla "Next-Gen" entre Xbox One, PS4 y Wii U un año después
Un año ha pasado ya desde que la PS4 y la Xbox One llegaban para acompañar a la Wii U en la llamada "next gen" de videoconsolas, para muchos el momento en el que de verdad se daba paso a una nueva generación.
Un año en el que las máquinas de Sony y Microsoft han dejado a la de Nintendo en un segundo plano, aunque como comentaremos más adelante parece que quiere resurgir como el ave fénix, la duda es si no se quedará a medio camino.
Si la campaña navideña de 2013 fue importante, llega la verdadera prueba de fuego para Xbox One y PS4 en apenas unas semanas, empezando con el Black Friday del 28 de noviembre, una pseudo-fiesta norteamericana inventada por las grandes cadenas de distribución para animar el primer día de ventas navideñas con suculentos descuentos.
Por su parte, no hay duda que PlayStation 4 está ganando la batalla de las ventas en el primer año codo con codo con Xbox One. ACtualmente, según las últimas cifras aportadas por las compañías, la consola de Sony superaría los 10 millones de unidades vendidas frente a unos 6 millones para la de Microsoft. Uno de los principales handicaps desde el principio ha sido el precio. Playstation 4 se estrenaba por 399 euros, 100 euros más barata que Xbox One que ha mantenido su precio inalterado hasta hace pocos meses donde sólo en EE.UU. ha reducido su precio a los 349 dólares.
Sin embargo, si se analiza el desarrollo de ambas plataformas, mientras Sony empezaba brillando con una propuesta muy interesante, su estrella se ha ido apagando. Al final, pocas son las exclusivas en la consola de Sony que sean decisivas para la compra de la consola y las más rutilantes han llegado en los ultimos meses con Infamous Second Son, Little Big Planet 3 y DriveClub. Sin embargo, precisamente el juego de carreras no ha dado más que quebraderos de cabeza, haciendo hasta incumplir la promesa que más atraen de PSN Plus, los juegos gratuitos que se regalan cada mes.
En este sentido, el interés por los títulos que se ofrecen para las consolas de Sony ha ido decayendo, sobre todo aquellos destinados a PS3, que en noviembre del año pasado tenían nombres como Assasins Creed y se ha pasado por Borderlands 2, Tomb Raider o Far Cry 3 entre muchos otros para llegar a este mes de noviembre con una oferta sólo centrada en juegos indies. Hay que reconocer, que es un movimiento estudiado para que PS4 gane adeptos, ya que los triple AAA han empezado a aparecer gratis para los sucriptores de esta consola con Injustice: God Among Us y la promesa del spin off de Infamous para los próximos meses.
Del lado de Xbox One, tampoco tienen mucho de lo que presumir, pero su oferta de juegos Live with Gold si que ha mejorado, llegado títulos en los últimos meses como Dishonored o Darksiders 2. Tampoco es que sean una maravilla, pero poco a poco en Microsoft se dan cuenta que esto es un atractivo importante. Por su parte, sus exclusivas de lanzamiento han brillado tan poco como las de Sony. Fracasos como Rise o la exclusividad parcial de Titanfall se quieren remediar echando mano de Halo: The Master Chief Collection, que al fin y al cabo es solo un remake, con las esperanzas puestas en Sunset Overdrive y Halo 5 para esta Navidad.
Pero es que en estos 12 meses, Xbox One ya si que no es ni la sombra de lo que se presentó en el E3 de 2013. Desechados antes de su lanzamiento la propuesta que había hecho, innovadora pero arriesgada, de la asociación de los juegos al perfil del jugador, lo que hacía complicado que fueran prestados, al final Xbox One, con las mejoras de la nueva generación, sigue siendo la misma plataforma de siempre y, por que no decirlo, tanto Sony como Microsoft se diferencian bien poco.
Incluso se ha quedado por el camino el Kinect, el aparato que se prometía por activa y por pasiva que era parte inseparable del sistema no sólo abandona el pack inicial de la consola, sino que sin él, esta gana potencia.
¿Y Wii U? ¿qué ha sido de ella?
Pues Nintendo ha seguido en tierra de nadie. Después de vender lo que no está escrito en la anterior generación, se plantaba con la Wii U un año antes que la competencia pero se quedaba en un paso intermedio entre las dos generaciones.
La gran N vive, más que ninguna, de sus títulos propios cargados de personalidad y durante este año, el segundo de la consola, con honrosas excepciones que están a punto de caer como Super Smash Bros y Mario Kart 8 en verano, no se puede decir que en Kyoto estén contentos con el resultado, algo que ha hecho tambalear el puesto de su CEO, Satoru Iwata.
Pese a todo, sus ventas rondan ya los 7 millones y medio (recordemos que lleva un año más en el mercado) y la 3DS, con sus nuevas versiones, sigue siendo la que comanda el mercado portátil con una PS Vita que sigue a la sombra y sólo ayudada por la conexión con PS4.
PS4 vs Xbox One vs Wii U, round 2
Es por ello que esta Navidad es, por así decirlo, un segundo comienzo para ambas plataformas. Consolidada su base de jugadores, como hemos dicho más gracias a las propuestas multiplataforma y a la fidelidad que a otra cosa, el suculento público menos "hardcore" está a tiro.
Es curioso que, finalmente, Nintendo y Wii U, antaño adalides de lo "casual", ahora quieren recuperar al gamer más tradicional, y para ello apuntan a exclusivas recientes como la de Bayonetta 2 y sus pesos pesados como Star Fox o The Legend Of Zelda para 2015.
¿Quién se llevará el gato al agua de aquí en un año? Complicada predicción. Sony puede estar confiada, las ventas van bien pero su imagen parece que decae. Microsoft contraataca con una bajada de precio - que por otra parte aún tiene que hacer PS4 en el medio plazo - y Wii U se la juega con sus títulos de siempre.
Lo que no hay duda es que si el último año la batalla fue encarnizada pero tremendamente interesante, en los 12 meses que hay por delante será cuando los pesos pesados suban al ring.