Trump planta la semilla para disgregar Bayer
La firma alemana tiene mucho que ganar si el Supremo de EE UU falla a su favor sobre las demandas contra el herbicida Roundup
La intervención de Donald Trump en el embrollo legal de una firma europea no es muy habitual. El lunes instó al Tribunal Supremo de EE UU a revisar una apelación de Bayer que busca anular miles de demandas que afirman que su herbicida Roundup causa cáncer. Puede que la motivación de Trump sea impulsar la agricultura del país, pero si el tribunal se pone del lado de Bayer, ...
Para seguir leyendo este artículo de Cinco Días necesitas una suscripción Premium de EL PAÍS
La intervención de Donald Trump en el embrollo legal de una firma europea no es muy habitual. El lunes instó al Tribunal Supremo de EE UU a revisar una apelación de Bayer que busca anular miles de demandas que afirman que su herbicida Roundup causa cáncer. Puede que la motivación de Trump sea impulsar la agricultura del país, pero si el tribunal se pone del lado de Bayer, la subida del 12% en Bolsa del martes será solo un atisbo de un futuro más brillante, quizá con una escisión.
La saga Roundup acosa a Bayer desde su desastrosa compra de Monsanto en 2018. Ha pagado unos 10.000 millones de dólares para resolver las demandas que estaban pendientes en 2020 y aún afronta más de 67.000 reclamaciones así en los tribunales estatales y federales de EE UU. Si el Supremo atendiera a Trump y se pronunciara, el veredicto podría dictarse en el verano de 2026, según una fuente cercana.
Bayer tiene mucho que ganar. En dos años, su acción ha caído a la mitad por la posible factura legal. Los casos también dificultan la desintegración de su tosca estructura, que alberga un negocio de medicamentos sin receta, una unidad farmacéutica y una división de herbicidas y semillas, lo cual da lugar a un gran descuento por conglomerado. Activistas como Inclusive Capital Partners han presionado para una escisión, pero la incertidumbre jurídica dificultaría una venta o una OPV del negocio de semillas.
Si Trump tiene éxito, esta unidad podría obtener un aumento de valoración muy bienvenido, y la firma podría estar más dispuesta a explorar formas de liberar el valor de sus partes. Supongamos que la unidad farmacéutica se valora en 7,4 veces su ebitda y su división de consumo en 13,7 veces, ambas en línea con GSK y Haleon, respectivamente. El valor sumado de las dos sería de 49.000 millones de euros. El de Bayer, de 68.000 millones, implica que la división de ciencia de cultivos vale poco más de 19.000 millones, o menos de 5 veces su ebitda.
Parece bajo, dado que su rival Corteva (EE UU) cotiza a 11 veces. Si la unidad de cultivos de Bayer se valorara de forma similar, tendría un valor de 44.000 millones, y la suma de las partes del grupo ascendería a 93.000 millones, un 30% más que ahora. Puede que el Supremo decida mantenerse al margen. Pero, si se pone del lado de Bayer, esta podría poner fin a su complicada estructura.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías