Las claves: los beneficios del turismo deben repartirse de forma equitativa entre la sociedad
La riqueza económica que generan es evidente, pero está a debate que su distribución entre los ciudadanos sea lo suficientemente justa como para no provocar rechazo
La industria turística española, por boca de la patronal Exceltur, pidió ayer apoyo público en forma de inversión en infraestructuras de transporte, a fin de evitar trastornos y problemas para los viajeros. Es verdad que hay muchos aspectos que mejorar en este ámbito, pero eso choca con otra petición de las empresas: que se frene el incremento de las tasas turísticas y otros recargos, destinados precisamente a financiar unos servicios sobreexplotados por el aluvión de visitantes. La riqueza económica que generan estos es evidente, pero está a debate que su distribución entre los ciudadanos sea lo suficientemente equitativa como para no generar entre una notable cantidad de estos un comprensible rechazo a una actividad que, bien gestionada, debería ser bienvenida por la mayoría. Después de varios años de acelerada inflación de los precios turísticos, es lógico que se ralentice la demanda del sector. Y, a fin de que pueda mantenerse un negocio clave para el crecimiento, es importante que las empresas asuman que los beneficios deben filtrarse a la sociedad en su conjunto.
El contenido MAGA aspira a llegar a todas sus pantallas
Preguntado la semana pasada por el algoritmo de TikTok y por si sus nuevos dueños en Estados Unidos priorizarán el contenido MAGA –vídeos, imágenes y textos que difunden la ideología recogida bajo el eslogan Make América great again– el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue claro: “Siempre me ha gustado el contenido que tenga que ver con MAGA, por mí, lo haría todo MAGA”. Blanco y en botella. Declaraciones así explican el ascenso de los influencers y voceros detrás del éxito del presidente republicano. Y su inquietante afán por controlar los medios tradicionales a los que antes despreciaba, incluida ahora la cadena generalista CBS.
La última gran apuesta de Wall Street
La propietaria de la Bolsa de Nueva York va a invertir 2.000 millones de dólares en la plataforma de apuestas Polymarket, famosa por haber ganado ingentes cantidades de dinero permitiendo apostar por casi todo (y con criptomonedas): desde victorias electorales en Bolivia hasta concilios vaticanos, pasando por premios Nobel de literatura o la supervivencia de una primera ministra británica en una frenética carrera con una lechuga. La plataforma fue obligada por los reguladores federales a trasladarse al extranjero en 2022, pero como su medio de pago, las criptomonedas, parece haber sido abrazada por el dinero institucional. “Invertir en Bolsa es básicamente apostar”, dicen los más escépticos. Hoy tienen más razón que ayer.
La frase
Los inversores están empezando a considerar el oro como un activo más seguro que el dólar, una evolución que me resulta realmente preocupanteKen Griffin, fundador y consejero delegado de Citadel
Tampoco Microsoft es inmune a la presión por sus vínculos con Israel
El rechazo internacional a la masacre de Israel en Palestina ha sido tal que incluso una gran empresa estadounidense como Microsoft ha interrumpido uno de sus contratos con el ejército del país de Oriente Próximo. Con todo, la compañía mantiene otros con el Gobierno, al igual que otras tecnológicas como Amazon o Google, también objeto de críticas. La posibilidad de que el plan de paz de Estados Unidos y los países árabes llegue a buen puerto puede hacer que muchas de las iniciativas para aislar a Israel, incluidas las de la Unión Europea, se queden en agua de borrajas. Pero, al menos, hay señales de que incluso a las empresas más poderosas del mundo les importa verse relacionados con una guerra tan desproporcionada como cruel.