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Cinco Días

El gran dolor de cabeza de Starlink en la UE es el tiempo, no el dinero

Eutelsat tiene alrededor de 650 satélites en órbita terrestre baja, muchos menos que los 7.000 de su rival

Sede de Eutelsat, en Issy-les-Moulineaux, cerca de París.
Sede de Eutelsat, en Issy-les-Moulineaux, cerca de París.Sarah Meyssonnier (REUTERS)

A medida que las relaciones entre Ucrania y la Administración Trump se agrietan, Kiev se ha encontrado con un problema acuciante: depende de Starlink para ayudar a sus fuerzas armadas a coordinar las operaciones. La buena noticia es que no sería un gasto excesivo sustituir al operador de satélites de Elon Musk por el equipo suministrado por su rival anglofrancés Eutelsat, valorado en 3.100 millones de euros. La mala noticia es que llevar a cabo tal cambio sería muy complejo, y no podría hacerse de la noche a la mañana.

Tal y como están las cosas, no parece que Musk vaya a cortar de forma inminente el acceso de Ucrania a Starlink, financiado en parte por Polonia. Solo quiere que el mundo sepa que si lo hiciera habría consecuencias devastadoras. En una publicación del día 9 en X, el multimillonario afirmó que “toda la primera línea de Ucrania colapsaría” sin enlaces a sus satélites. Aunque insistió en que nunca desconectaría el servicio, episodios como este subrayan la conveniencia de utilizar un operador de satélites con sede en la Unión Europea.

A primera vista, los costes de tal cambio podrían parecer un obstáculo importante. Proporcionar internet desde el espacio requiere terminales en tierra para transmitir las señales de los satélites a los usuarios finales, y los analistas estiman que el precio de una terminal terrestre de Eutelsat ronda los 10.000 dólares. La empresa de Musk, en comparación, ofrece terminales a los consumidores ucranianos por menos de 600 cada una. Suponiendo que cada uno de los aproximadamente 40-000 terminales de Starlink en Ucrania se cambie finalmente por uno de Eutelsat, la campaña de sustitución costaría 400 millones antes incluso de que se conecte a internet.

Sin embargo, comparado con el PIB de 16 billones de euros de la UE, este gasto parece soportable. La Comisión Europea está hablando de movilizar 800.000 millones para defensa, incluidos 150.000 millones en préstamos para que los Estados miembros los gasten en armas. Si a esto le añadimos la posibilidad de aumentar la deuda conjunta a nivel de la UE al estilo de la de la pandemia, el bloque debería de ser capaz y estar dispuesto a financiar un cambio de satélites de comunicaciones para Ucrania.

Lo que no está tan claro es si la constelación OneWeb de Eutelsat tiene el peso de satélites necesario para ofrecer una calidad de internet comparable a la de la empresa de Musk. Eutelsat tiene alrededor de 650 satélites en órbita terrestre baja, mucho menos que la flota de 7.000 de Starlink. Los cálculos del banco de inversión Bryan Garnier sugieren que la constelación OneWeb solo podría ofrecer a Ucrania una o dos docenas de gigabits de datos por segundo (GBPS), una velocidad suficiente para abastecer a unas 10.000 terminales terrestres residenciales. Eutelsat tiene un potente satélite en una órbita geoestacionaria más lejana que podría ayudar a llenar el vacío, pero no está claro si el resultado será una conectividad a la par que la de Starlink.

Dejando a un lado las preocupaciones sobre la capacidad, también hay dudas sobre la capacidad de Eutelsat para desplegar las nuevas terminales en tierra al ritmo necesario. La CEO, Eva Berneke, dijo a Bloomberg que el grupo sería capaz de suministrar 40.000 de ellas en cuestión de meses. Pero, a diferencia de Starlink, que fabrica todos sus equipos, Eutelsat depende de terceros para suministrar sus terminales. Estos varían en tamaño y capacidades, con varios diseños voluminosos y de alto consumo energético en la mezcla.

Incluso si Eutelsat puede hacerse con el kit en cuestión de meses, no hay garantía de que la mezcla de esas terminales satisfaga las demandas reales de las fuerzas de Ucrania sobre el terreno, según Hamish Low, de Enders Analysis. Hacer coincidir las terminales con las ubicaciones y los usuarios adecuados llevará tiempo.

Un consuelo es que Ucrania no necesita necesariamente toda su capacidad de Starlink para librar una guerra con Rusia. Algunos de los terminales del país son utilizados por civiles para las comunicaciones cotidianas, mientras que otros dan apoyo a instituciones gubernamentales.

Otro consuelo es que Eutelsat puede tener un respiro. El día 12, Estados Unidos acordó reanudar la ayuda militar y el intercambio de inteligencia con Ucrania. En comparación con febrero, cuando los negociadores de la Administración Trump plantearon la posibilidad de cortar Starlink si no se materializaba un acuerdo de minerales críticos, eso podría considerarse un giro conciliador.

A 6 euros, las acciones de Eutelsat se han quintuplicado en las dos semanas transcurridas desde el infame encuentro del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, con Trump en la Casa Blanca. Eso sigue estando muy por debajo de los más de 30 a los que cotizaban hace una década, y la empresa sigue teniendo una deuda neta de unos 2.500 millones de euros. En cualquier caso, los inversores parecen confiar en que Eutelsat saldrá ganando en el rearme de Europa; la cuestión es hasta qué punto los políticos de la UE están comprometidos con su intensificación.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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