El BCE puede encogerse de hombros ante la tormenta francesa
El país galo está atrapado en un bucle de 2012, pero el resto de la zona euro, no
La historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa. La máxima de Karl Marx es cada vez más adecuada para Francia, cuya deuda está alcanzando niveles de riesgo percibido no vistos desde la crisis de deuda de la zona euro en 2012. Pero la presidenta del BCE, Christine Lagarde, puede permitirse supervisar los acontecimientos en lugar de darles forma.
Incluso si Emmanuel Macron consigue formar un nuevo Gobierno, Francia parece estar sin timón. Una nueva Administración tendría dificultades para aprobar medidas estrictas para reducir el déficit del 6% del PIB previsto para este año. La prima adicional que exigen los inversores por mantener bonos franceses a 10 años frente a la deuda alemana equivalente alcanzó el lunes los 88 puntos básicos, superior a la de Grecia y más de 30 puntos más alta que en junio.
Pero, si Francia está atrapada en un bucle de 2012, el resto de la zona euro, no. Aunque los diferenciales galos han subido, los de Italia se han mantenido relativamente estables. En 2012, la prima de Italia era de más de 400 puntos básicos, frente a los 120 actuales. Lagarde tiene pocas razones para utilizar el margen del BCE para comprar deuda francesa o de otros Estados miembros.
Pero Francia sigue mereciendo una atenta vigilancia. Los inversores tienen pocas razones para creer que pueda controlar una carga de la deuda que ha pasado de más del 80% del PIB en 2009 al 110% este año. Capital Economics calcula que el país necesitaría recortar su déficit primario en un 3% del PIB para mantener estable su deuda en los próximos 10 años, y prevé que el endeudamiento alcance el 123% del PIB en 2034.
Un nuevo aumento de los diferenciales podría perjudicar a la economía francesa. Las agencias podrían rebajar el rating de los bonos franceses, que están cinco escalones por encima de los italianos, según S&P, hasta AA-. Y los costes de los préstamos para bancos y empresas crecerán. Société Générale ya ha visto aumentar el coste de garantizar su deuda subordinada en casi 40 puntos básicos desde junio.
Los diferenciales galos pueden seguir al alza: Capital Economics calcula que podrían alcanzar los 150 puntos básicos. El riesgo es que la zona euro se tambalee. Y el temor a la ruptura de la unión monetaria podría aparecer si un nuevo Gobierno francés se negara a acatar las normas europeas.
Pero el BCE sigue teniendo opciones. Podría bajar los tipos y reducir los costes de financiación del bloque. Y podría anunciar la compra de bonos para los países que se atengan a las normas de la UE, a través del mecanismo que Lagarde misma desarrolló. Esto reduciría el riesgo de una implosión como la de 2012, pero seguiría presionando a los dirigentes franceses para que se pongan las pilas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías