Adani evidencia los riesgos de la solar india

Los que permanecen en el negocio, entre ellos GIC y Macquarie, afrontan retornos cada vez menores

Paneles solares en un parque de Adani Green Energy en Khavda (India).Amit Dave (REUTERS)

La acusación de EE UU contra Gautam Adani ha evidenciado los riesgos de la energía solar india. Los fiscales acusan al multimillonario y a otras personas de fraude con valores y fraude electrónico por acordar sobornar a autoridades para conseguir contratos de solar para la unidad verde de su grupo. La acusación gira en torno a que lo hizo porque no lograba encontrar compradores para sus “altos precios de la energía”. Esto subraya la cascada de problemas que afectan al sector en general.

Las tarifas que los productores cobran por los proyectos solares se fijan mediante subastas de una agencia federal en el momento en que obtienen el contrato inicial, que en este caso fue en el primer semestre de 2020. Luego, los productores buscan acuerdos de compra de energía a largo plazo. Suele haber un desfase de meses entre medias. No suele ser un problema, pero hace cuatro años sí lo era. Los precios de los módulos fluctuaban de forma salvaje, y fue a peor durante la pandemia al encarecerse los chips. Eso complicaba el cálculo de los costes.

Luego, el precio que los productores podían cobrar por la electricidad solar estaba bajando. Llevaba así una década, pero en 2020 hizo mínimo. Esto se vio acelerado por la competencia desenfrenada por los proyectos, que había provocado ofertas agresivas. No es de extrañar que las tarifas que Adani Green Energy iba a cobrar se consideraran demasiado caras a los pocos meses de conseguir un contrato de 8 gigavatios.

Algunas de estas presiones han remitido: las tarifas son más estables, al igual que los costes de los módulos. Y se han retirado algunos operadores, como SoftBank –que vendió su cartera solar a Adani – y la finlandesa Fortum. Pero estos males podrían volver a surgir, y los retrasos inherentes entre la puesta en marcha y la búsqueda de compradores siguen existiendo. Por supuesto, eso no es excusa para un soborno. El lunes, la agencia federal dejó claro que los proveedores pueden reducir las tarifas fijadas en la subasta si no encuentran licitadores.

Los que permanecen en el negocio, entre ellos GIC y Macquarie, afrontan retornos cada vez menores. El retorno de los fondos propios de Adani Green Energy cayó del 20% en 2023 al 13%. No está mal para un proveedor de energía, pero es una gran caída y deja menos margen si aparecen nuevos o viejos problemas financieros.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


Más información

Archivado En