India tampoco está segura frente a Trump

Si el republicano cumple su amenaza sobre aranceles recíprocos, las fábricas de Asia fuera de China podrían perder atractivo.

El entonces presidente estadounidense, Donald Trump, se reúne con el primer ministro indio, Narendra Modi, en 2019, en Biarritz (Francia).Carlos Barria (Reuters)

Los enemigos de Donald Trump son más fáciles de identificar que sus amigos. Eso es un problema para India, cuyo superávit comercial de 35.000 millones de dólares con EE UU podría amenazar sus ambiciones manufactureras.

Algunas cosas han cambiado desde que Trump dejó la Casa Blanca. Firmas como Apple están produciendo más en India: el 14% de los iPhone fabricados en los 12 meses hasta marzo se ensamblaron allí. Apoyado por subsidios estatales, el comercio de productos electrónicos del país con EE UU ha pasado de un déficit en 2018 a un superávit de 9.000 millones en el ejercicio más reciente, según el Gobierno.

Sobre el papel, India sale ganando con el gravamen del 60% propuesto por Trump a las exportaciones chinas. Pero eso está lejos de ser seguro. La campaña republicana invocó la Ley de Comercio Recíproco, dirigida a los países que imponen a los productos de EE UU un gravamen mayor que el que impone Washington. India, por ejemplo, aplica aranceles a las importaciones de EE UU que son, de media, casi un 10% superiores a los que Washington aplica a importaciones indias comparables, según Global Trade Alert. Trump se refirió a India como “rey de los aranceles” durante su campaña.

Además, según Bloomberg, el banco central de India está dispuesto a dejar que la rupia se debilite para seguir el ritmo de la depreciación del yuan y el abaratamiento de los productos chinos. Es poco probable que eso complazca a Trump: el Departamento del Tesoro añadió por primera vez a India a su lista de vigilancia de manipuladores de divisas en 2018, cuando mandaba el republicano.

Todo esto aumenta la incertidumbre para firmas como Apple, que están llevando las cadenas de suministro fuera de China. Incluso si los bienes indios terminan con un gravamen más bajo que los chinos, a los fabricantes podría resultarles difícil justificar el coste de fabricar más en un país donde la producción ya es más cara que en México y Vietnam debido a aranceles más altos.

En última instancia, si Trump cumple su amenaza sobre aranceles recíprocos, las fábricas de Asia fuera de China podrían perder atractivo. Dados los llamamientos del republicano para traer de vuelta la producción a su país, ese podría ser el punto. Si es así, el concepto de friend­shoring caerá pronto en desgracia.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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