El éxito de Trump envía al mercado a realidades paralelas

El alza de los activos de riesgo y el hundimiento de los bonos podrán coexistir solo durante un tiempo limitado

Un 'trader' en la Bolsa de Nueva York.Andrew Kelly (REUTERS)

Bienvenidos al mercado del picoteo. La victoria sorprendentemente clara de Donald Trump ha hecho que los inversores se precipiten hacia realidades paralelas, pero enfrentadas.

Las acciones domésticas, los criptos y el dólar dieron un brinco por las promesas de recortes de impuestos, desregulación y fuerte crecimiento continuado. Los inversores en renta fija, por su parte, se centraron en el temor a un colapso presupuestario provocado por algunas de esas políticas. Las Bolsas y las divisas extranjeras se pusieron a cubierto, pero no entraron en pánico. Los movimientos a corto plazo tienen sentido. Pero, a la larga, estas verdades convenientes darán paso a una realidad más matizada y alarmante.

Tanto el S&P 500 como el Dow Jones subieron a máximos, y el Russell 2000, de empresas más pequeñas, se acercó a un pico de casi tres años. El segundo mandato de Trump promete rebajas fiscales, una desregulación que facilite las operaciones corporativas y unos tribunales proempresas. Las acciones de los grupos financieros Capital One y Discover subieron ante la esperanza de que la nueva Administración vea con mejores ojos su proyectada fusión. También lo hicieron los operadores de supermercados Kroger y Albertsons. El bitcoin, el activo de riesgo por excelencia, alcanzó un máximo histórico cercano a los 75.000 dólares.

Pero, aunque los inversores estaban dispuestos a poner en precio algunas de las propuestas de Trump, prestaron menos atención a otras, como los aranceles. Nvidia, la niña mimada de la inteligencia artificial, subió, pese a que la promesa del republicano aumentaría el precio de los chips importados hechos por TSMC.

Mientras la renta variable y las criptos mostraban instintos animales, la renta fija mostraba un rasgo más humano: la ansiedad. Los retornos de la deuda soberana a 30 años pasaron del 4,42% a más del 4,6%. A mediados de septiembre, estaban por debajo del 4%. Los inversores en renta fija temen que los aranceles, los recortes fiscales y el gasto alimenten la inflación y empeoren aún más la mala situación presupuestaria: el déficit es ya un abultado 7% del PIB, mientras la deuda del Gobierno federal es el 99% del PIB. Un derroche fiscal con Trump obligará a la Fed a mantener altos los tipos. Podría incluso provocar una crisis de deuda en toda regla.

Durante un tiempo, las dos tendencias –activos de riesgo al alza, bonos hundidos– pueden coexistir, entre otras cosas porque los inversores en Bolsa tienen horizontes temporales mucho más cortos. Si Trump cumple su palabra y desata una oleada proteccionista unida a una política fiscal laxa y a la desregulación empresarial, será difícil evitar un ajuste de cuentas de la deuda o, como mínimo, un periodo prolongado de inflación superior a la media. Al final, las realidades contrapuestas del mercado chocarán.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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