Toyota conduce por una línea peligrosamente fina

Las investigaciones del Gobierno japonés sobre sus test se suman a un montón de quejas sobre la gobernanza

Akio Toyoda, presidente de Toyota, durante una rueda de prensa celebrada el 3 de junio para explicar las irregularidades en las certificaciones de seguridad de algunos modelos.FRANCK ROBICHON (EFE)

Es tentador pensar que la disculpa del presidente de Toyota Motor el lunes, acompañada de la habitual reverencia, fue exagerada. Al fin y al cabo, Akio Toyoda intentaba enmendar los problemas surgidos en el pasado con los procedimientos de ensayo y certificación, que en algunos casos eran más estrictos de lo exigido por el Gobierno japonés. Pero las investigaciones aún no han terminado, y las revelaciones se suman a un montón de escándalos y quejas sobre la gobernanza en todo el grupo. A dos semanas de la junta anual de la empresa, valorada en 52 billones de yenes (310.000 millones de euros), ...

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Es tentador pensar que la disculpa del presidente de Toyota Motor el lunes, acompañada de la habitual reverencia, fue exagerada. Al fin y al cabo, Akio Toyoda intentaba enmendar los problemas surgidos en el pasado con los procedimientos de ensayo y certificación, que en algunos casos eran más estrictos de lo exigido por el Gobierno japonés. Pero las investigaciones aún no han terminado, y las revelaciones se suman a un montón de escándalos y quejas sobre la gobernanza en todo el grupo. A dos semanas de la junta anual de la empresa, valorada en 52 billones de yenes (310.000 millones de euros), Toyoda parece especialmente expuesta.

Los directivos de Toyota declararon que los problemas se produjeron durante seis pruebas diferentes hechas en 2014, 2015 y 2020. Un portavoz añadió que la empresa sigue investigando cuestiones relacionadas con la eficiencia del combustible y las emisiones de los vehículos, y que su objetivo es completar la investigación a finales de junio.

Siete modelos, entre ellos uno de la popular serie Yaris, fueron sometidos a pruebas con métodos que diferían de las normas gubernamentales. En un ejemplo, el personal midió los daños por colisión en un solo lado del capó de un modelo en lugar de en ambos lados. En cinco casos, el personal hizo comprobaciones más exigentes que los criterios oficiales. Tokio ordenó al mayor fabricante de automóviles del mundo que detuviera los envíos de algunos modelos, y ayer los accionistas habían recortado un 3% del valor de la empresa desde el cierre del viernes.

La decepción es comprensible. La investigación se inició a raíz de las irregularidades cometidas en tres filiales de la empresa, Daihatsu Motor, Toyota Industries e Hino Motors. Esto ya había hecho tambalearse la fe en el grupo, provocando que Toyoda –nieto del fundador y antiguo consejero delegado– temiera que la dirección hubiera perdido el contacto con los trabajadores de primera línea. En el caso de Daihatsu, una investigación contabilizó 174 irregularidades en los test, incluidas declaraciones falsas y manipulación de datos originales.

Mientras, crece el descontento en torno al consejo. El asesor de voto Institutional Shareholder Services sostiene que tres consejeros no son verdaderamente independientes debido a otros tantos vínculos con Toyota. Glass Lewis destaca preocupaciones similares. Ambos han recomendado a los accionistas que voten en contra de la reelección de Toyoda como presidente. Esto se produce en un momento en que la Bolsa de Tokio se esfuerza por mejorar tanto la rentabilidad como la gobernanza de las cotizadas japonesas, por ejemplo, animándolas a publicar planes para aumentar el valor para el accionista; Toyota se ha negado hasta ahora a sumarse al esfuerzo oficial.

Es cierto que también se está investigando a otros fabricantes de automóviles, como Mazda, Honda, Yamaha y Suzuki (Mazda también ha suspendido los envíos de algunos modelos). Pero la investigación ha empezado por el grupo Toyota, cuya reputación se ha cimentado en su proyección de fiabilidad gracias a meticulosos protocolos de fabricación y control de calidad.

La investigación continuará durante el resto del mes, por lo que es posible que se descubran más problemas. Toyota ha estado conduciendo por una línea peligrosamente fina. La votación sobre el futuro de Toyoda pondrá un indicador sobre cuánta confianza ha perdido la empresa.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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