Presente y futuro de los fondos Next Gen: a solo nueve meses de agotar una oportunidad histórica

Mientras Francia e Italia han solicitado el 76% y el 58% de los recursos respectivamente, España ha solicitado apenas el 30%. Lo hecho hasta ahora es alentador, pero insuficiente

OLIVIER MATTHYS (EFE)

España se encuentra en un punto crucial en su camino hacia la recuperación económica y productiva tras el impulso proporcionado por los fondos Next Generation de la Unión Europea. Una oportunidad histórica del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, del que, en una fase inicial del plan, se asignaron subvenciones por un total de 69.500 millones de euros a España entregados gradualmente hasta el año 2026, condicionados al logro de hitos relacionados con inversiones y reformas. Hasta la fecha hemos recibido 37.000 millones de euros de la Comisión Europea, lo que suma así un total de 163.000 mil...

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España se encuentra en un punto crucial en su camino hacia la recuperación económica y productiva tras el impulso proporcionado por los fondos Next Generation de la Unión Europea. Una oportunidad histórica del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, del que, en una fase inicial del plan, se asignaron subvenciones por un total de 69.500 millones de euros a España entregados gradualmente hasta el año 2026, condicionados al logro de hitos relacionados con inversiones y reformas. Hasta la fecha hemos recibido 37.000 millones de euros de la Comisión Europea, lo que suma así un total de 163.000 millones de euros disponibles. Además de los 69.500 millones iniciales, se añadirán 10.300 millones de euros en subvenciones adicionales y hasta 83.200 millones de euros en préstamos mediante una enmienda.

Un desembolso sin precedentes que nació con el objetivo de financiar proyectos que impulsasen el crecimiento económico con un cariz transformador, fomentasen la creación de empleo y fortalecieran nuestra competitividad en el ámbito europeo e internacional, tras una concatenación de acontecimientos que rezagaron el crecimiento de la Unión Europea, especialmente en el caso español.

Mientras economías como Francia e Italia han solicitado el 76% y el 58% de los fondos respectivamente, España ha solicitado apenas el 30% y es necesario hacer un punto de situación ante el aluvión de interrogantes que se plantean entre empresas, instituciones y demás agentes de la sociedad productiva y económica.

¿Por qué España ha solicitado un porcentaje inferior de fondos al de países vecinos? Una primera aclaración que realizar es que España aún no ha requerido ningún tramo de préstamos, a diferencia de Italia. Actualmente, se está evaluando la solicitud de España para acceder al cuarto pago, que asciende a 10.000 millones de euros, y que está ligada al cumplimiento de ciertos hitos.

Otro factor por considerar, y que desde nuestro punto de vista es el más relevante, es la falta de información y orientación sobre cómo acceder a estos fondos, así como a la complejidad de la estructura y requisitos establecidos en los Programas Estratégicos de Recuperación y Transformación Económica (Pertes). Muchas empresas y entidades no están al tanto de los programas disponibles ni de los requisitos necesarios para solicitar los fondos, así como de los proyectos subvencionables. En este sentido, una mayor claridad y transparencia en los procesos de solicitud de fondos podrían fomentar una mayor participación en las convocatorias, consumiendo así en primera instancia todos los fondos disponibles en cada Perte o programa.

En una tercera instancia, existen ciertas reticencias del Gobierno español en cuanto a la aceptación de los fondos y las condiciones asociadas, es decir, por las implicaciones a largo plazo de la deuda y las obligaciones financieras. Sin embargo, es importante recordar que estos fondos están diseñados para apoyar la recuperación económica y han de ser percibidos como la oportunidad que supone para posicionar a España como la potencia económica qué es y, sobre todo, dar el impulso necesario a aquellos sectores que más complejidades están afrontando. Además, la capacidad de aprovechar estos recursos de manera efectiva puede generar confianza en los mercados financieros y en los inversores internacionales.

A nueve meses vista, -es importante recordar que el plazo para la ejecución del Plan termina en 2026, una fecha definitiva que no es ampliable sin la aprobación de todos los Estados miembro-, resulta crucial que España agilice la distribución de los fondos Next Generation y el desbloqueo de la restante cantidad para que los proyectos subvencionados puedan ser ejecutados en las fechas establecidas por la Unión Europea. La competitividad de nuestra economía y una efectiva transformación del país y nuestra industria va en ello. No en vano, también es importante una coordinación público-privada para identificar las áreas de inversión prioritarias y presentar propuestas sólidas que puedan beneficiar a la economía española a corto y largo plazo.

En las últimas semanas, instituciones, confederaciones de empresarios y otros organismos se han manifestado públicamente ante la gestión de estos fondos. Una supuesta falta de colaboración del Gobierno español con los organismos europeos encargados de supervisar su uso ha generado inquietudes sobre la transparencia y la rendición de cuentas. Esto no solo afecta al aspecto económico de los fondos, sino que también tiene implicaciones más profundas, puesto que impactan en la confianza en la administración de los fondos y podrían afectar la posición de España dentro de la Unión Europea en futuros mecanismos y negociaciones. Es crucial abordar estas preocupaciones de manera proactiva y transparente para garantizar la efectividad de la utilización de los fondos, como ya estamos viendo que se está haciendo

Arrojando algo de luz a un proceso tan complejo, es innegable que, en términos de ejecución, hemos avanzado significativamente, con más de 40.000 millones de euros ejecutados hasta la fecha. Este progreso es alentador, pero aún queda mucho por hacer.

Llegados a este punto, es necesario focalizar todos los esfuerzos en optimizar los procesos, convocatorias y resoluciones en estos últimos nueve meses que restan. Esto es, principalmente, tratar de simplificar los Perte y programas que están por publicar para tratar de consumir todos los fondos establecidos para cada uno de ellos. Se espera que numerosos proyectos iniciados en 2024 contribuyan al desarrollo productivo. Para ello, debemos asegurarnos de que los nuevos presupuestos contemplen los recursos adicionales provenientes de la Adenda del Plan de Recuperación. Estos fondos serán fundamentales e instrumentales para impulsar los Perte.

Hemos de ser conscientes de que todos aquellos que conformamos este ecosistema, en gran medida responsables de aprovechar esta oportunidad única para nuestro país, debemos asumir la responsabilidad y colaborar en el compromiso contraído para garantizar la efectiva utilización de los fondos y enfrentar los desafíos de una nueva era digital, tecnológica y sostenible.

Manuel Mestre es director del área de Ayudas de Ayming España

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