La lección de Taylor Swift sobre los espíritus animales

Su habilidad para sacar provecho de la tensión competitiva es insuperable

La cantante Taylor Swift besa al jugador de Kansas City Chiefs Travis Kelce, el domingo en Las Vegas.CAROLINE BREHMAN (EFE)

La Super Bowl es el epítome de los espíritus animales. Y en medio de la más feroz de las competiciones atléticas de este año: la estrella del pop Taylor Swift, que estuvo el domingo en las gradas animando a su novio, Travis Kelce, jugador de los Kansas City Chiefs. Pero no es la única batalla en la que se ha metido Swift. Su habilidad para sacar provecho de la tensión competitiva –y ver aumentar su propio valor como resultado de ello– es insuperable.

Los Chiefs ganaron ...

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La Super Bowl es el epítome de los espíritus animales. Y en medio de la más feroz de las competiciones atléticas de este año: la estrella del pop Taylor Swift, que estuvo el domingo en las gradas animando a su novio, Travis Kelce, jugador de los Kansas City Chiefs. Pero no es la única batalla en la que se ha metido Swift. Su habilidad para sacar provecho de la tensión competitiva –y ver aumentar su propio valor como resultado de ello– es insuperable.

Los Chiefs ganaron la pelea de perros de Las Vegas. Muchas empresas relacionadas con el partido también saldrán beneficiadas. Paramount Global pagará 2.000 millones de dólares al año por emitir los partidos de la NFL, la liga de fútbol americano, de 2023 a 2033. Con solo cuatro años de ingresos asociados al evento, ya debería de superar esa cantidad. Fox reveló que ganó 600 millones en publicidad el año pasado.

El encanto de Swift está trayendo suerte en otros lugares. El consejero delegado de Disney, Bob Iger, se ha hecho con los derechos exclusivos para retransmitir su gira Eras, anunció la semana pasada. Antes del miércoles, la acción de la empresa había caído en Bolsa a la mitad en tres años. Pero ese anuncio contribuyó a un salto de más del 13% en el precio, que ahora está en 200.000 millones de dólares.

Incluso las elecciones presidenciales de noviembre tienen un tinte swiftiano. La cantante ha expresado en las redes su frustración con el que sería presidente por segunda vez, Donald Trump. Los mayores aliados de este prometen una guerra santa contra ella, según Rolling Stone.

Deliberadamente o no, Swift está dando una clase magistral de una regla cardinal de las finanzas: cuando las partes se pelean por un activo, su valor aumenta. Según la revista online Digital Music News, Swift vale 1.250 millones, casi el triple que en 2018.

Una cuestión totalmente distinta es si quien se gane el afecto de Swift gana en conjunto. Podría no ser el caso. Los ­Chiefs ganaron los San Francisco 49ers, pero puede que sea la excepción. Es posible que Paramount tenga a una megaestrella del pop de su lado, pero viene desde atrás. Su acción ha caído un 75% en el último año, mientras que Netflix ha subido un 55%. El índice de aprobación de Biden sigue cayendo. Swift es un encanto, pero no una maga.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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